SALUD MENTAL EN PACIENTES ONCOLÓGICOS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que “una característica definitoria del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y que pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, en un proceso denominado “metástasis”, la cual es la principal causa de muerte por cáncer” (1). 

El diagnóstico y curso del cáncer puede tener un gran impacto en la persona y en sus seres queridos, aunque en la actualidad sigue siendo una enfermedad estigmatizada por la sociedad. Padecer de esta enfermedad no solo afecta a nivel físico, sino también puede generar emociones complejas que ocasionen cambios significativos en la salud emocional del enfermo. Los efectos físicos y psicológicos de la enfermedad oncológica y su tratamiento provocan directamente al enfermo e indirectamente a la familia una adaptación psicofisiológica inadecuada, lo que conlleva una incapacidad para superarla y un grave malestar emocional (2,3). 


Foto de National Cancer Institute en Unsplash


Entre los diferentes trastornos mentales que se pueden generar tras el diagnóstico de cáncer, encontramos como principales la ansiedad, con una prevalencia del 1.8% hasta 78.8%, seguido de la depresión con una prevalencia del 4.2 % hasta 61.1% (4). A pesar de los conocimientos que se tienen sobre los síntomas de ansiedad, depresión y del malestar emocional que presentan los pacientes con cáncer, es muy poca la evaluación y asistencia que se da a estos problemas psicológicos, sólo un 10% de pacientes la reciben. La falta de asistencia frente a estos problemas se debe, en parte, a que muchos pacientes no informan al profesional sanitario de su malestar emocional por miedo o falta de comodidad. También puede ser debido a que el propio profesional no detecta estos síntomas, ya que a veces la parte emocional del paciente se queda en un plano secundario frente a la parte física (5). 

La falta de asesoramiento psicológico puede empeorar la clínica y disminuir la adherencia al tratamiento, por ese motivo es necesario que el profesional sanitario realice una adecuada evaluación integral para detectar cualquier sospecha de trastorno mental y que el paciente sea remitido al especialista lo antes posible. Es por ello que se necesita de una correcta formación del equipo sanitario, así como el uso de herramientas de forma complementaria como la escala de ansiedad y depresión hospitalaria (HADS), test de calidad de vida en cancerología (FLIC) o el termómetro de malestar psíquico (DT) (2). 

De la necesidad de considerar que los pacientes oncológicos tienen una serie de necesidades físicas, psicológicas y familiares especiales; así como la necesidad de ser tratados de forma individualizada con un equipo multidisciplinar, se determinan las diferentes funciones de cada profesional sanitario en la cadena de cuidados y atenciones que requieren dichos pacientes. En el caso de la enfermera oncológica, vemos como su papel pasa por ser la responsable en la coordinación de los cuidados, así como ser el profesional que tiene un contacto cercano con el paciente y sus familiares y servir de nexo para el resto de los distintos niveles asistenciales. En España no se contemplan protocolos de actuación enfermera unificados en relación a los pacientes oncológicos, por lo que queda a criterio de cada unidad oncológica y variará en función del tipo de población, sus recursos económicos y la coordinación con otros centros sanitarios, dando lugar a que haya múltiples formas de abordar un problema común para todos (6). 


Foto de National Cancer Institute en Unsplash


Entre la estigmatización social hacia los psicólogos y la dificultad que supone reconocer el estar lidiando con problemas que afectan a la salud mental, son una minoría los pacientes que hacen uso del servicio de psicooncología. Sin embargo, son muchos los que consideran al personal de enfermería como fuente de apoyo psicológico. Visualizan la figura de la enfermera como alguien en quien confiar, con quien se sienten escuchados y a quienes plantean las dudas acerca de tratamientos y cuidados. Empleando una metodología cualitativa, la Universidad de Murcia llevó a cabo una investigación en la cual realizó una serie de entrevistas a pacientes oncológicos. Entre los resultados, se destacó la gran importancia del papel desempeñado por la enfermería para ayudar a los pacientes a afrontar y vivir la enfermedad. Gracias a la confianza que los pacientes depositan en las enfermeras, se puede abordar la salud mental de los pacientes oncológicos sin necesidad de recurrir directamente a un psicólogo. Por ello, resultaría interesante fomentar la especialidad en enfermería oncológica recogiendo técnicas de enfermería, información sobre la nutrición y tratamiento, y como no, aumentando la formación en psicooncología para acompañar a los pacientes durante la enfermedad facilitandoles así el proceso de adaptación a la nueva situación a la que se enfrentan (7). 

Para dar un impulso a la enfermería oncológica en el desarrollo de las funciones de asistencia, docencia, investigación y gestión; la EONS (European Oncology Nursing Society) elaboró un plan CARE que incluye cuatro aspectos fundamentales de la práctica enfermera, como son la comunicación, el apoyo, la investigación y la educación (8). Todos estos roles que debe asumir la enfermera oncológica se están trabajando desde un punto de vista docente y formativo para que todos estos contenidos sean adaptados y reconocidos desde una visión académica, reconociéndose como un programa de enfermería clínica especializada (9). 

Es de recalcar, que son varias las intervenciones enfermeras que resultan útiles a la hora de tratar la ansiedad en estos pacientes y por ello mismo, resulta esencial que haya enfermeras que estén formadas en ello y lo lleven a cabo. Centrándonos en las intervenciones, nos gustaría destacar algunas de ellas, como por ejemplo, el mindfulness donde hacemos que los pacientes tomen conciencia del momento y acepten el presente sin juzgarlo, aspecto que es beneficioso para cualquier persona. Por otro lado, nos sorprende la gran cantidad de estudios que avalan la efectividad de la musicoterapia. Además, hay evidencia del beneficio que proporciona el control de la respiración en muchas situaciones relacionadas con la salud en mayor o en menor medida siéndolotambién en estos pacientes. Todas estas intervenciones y otras más han demostrado ser beneficiosas, no solo para disminuir la ansiedad, sino que también para otro tipo de sintomatología asociada al proceso oncológico (10). 

Por lo tanto, podemos confirmar que los problemas de salud mental son una realidad que han de afrontar la mayoría de los pacientes oncológicos. Cada vez es mayor la visibilidad y la importancia que se le está dando al bienestar psicológico en la sociedad actual, sin embargo, es una competencia enfermera que aún no ha sido abordada en su totalidad, sino que simplemente, se dan pinceladas superficiales. Por ello, se debe fomentar aún más la formación en salud mental del personal sanitario para poder solventar estas complicaciones, mejorando así la calidad de vida de los pacientes. 


AUTORES

García Arias, Paula 

Moreno García, Elena 

Moreno Lisbona, Cristina 

Moreno Pardo, Irene 

Moya Alarcón, Alba 

Moya Cuevas, Ana 

Muñoz Martín, Lara 

Navas Sánchez, Ana Isabel 

Novozhilova, Anna 

Pedrosa Moreno, María 

Valriberas Alba, Julia 

Vela Pérez, Daniel 

Velasco Arjona, Juan 


Bibliografía 

(1) Diz R et al. Cáncer y depresión: una revisión. Psico y Salud. 2019; 29(1): 115-124. 

(2) Diez I. Salud Mental: la importancia de un abordaje integral en el paciente oncológico. Univ de Valladolid. 2022. 

(3) Yudego C et al. Importancia del apoyo de enfermeros especialistas en salud mental a pacientes oncológicos. CAU Burgos. 2013. 

(4) Vivanco K et al. Trastornos psiquiátricos posteriores al diagnóstico oncológico de primera vez: Revisión Sistemática. SOLCA. 2022; 32(1): 55-70. 

(5) Hernández M et al. Salud Mental y Malestar emocional en pacientes con cáncer. Psicooncología. 2012; 9(2): 233-257. 

(6) Reñones M et al. Estrategias para la mejora del cuidado del paciente oncológico: Resultados del proyecto SHARE (Sesiones interhospitalarias de análisis y revisión en enfermería). Enf Clínic. 2016; 26(5): 312-320. 

(7) Álvarez M et al. El enfermero como apoyo imprescindible en la relación del paciente oncológico con la enfermedad. Rev Enf Docente. 2015; 103: 3-7. 

(8) Kennedy L, Brown C. Oncology Nursing is Evidence-Based Care. Clin J Oncol Nurs. 2016; 20(3): 231. 

(9) Montealegre M. Papel de la enfermería oncológica en el manejo del paciente oncológico. Rev Cáncer. 2020; 34(5): 289-292. 

(10) Cano A. Intervenciones de enfermería ante la ansiedad del paciente oncológico. Revisión bibliográfica. Univ Central de Catalunya. 2021. 

Comentarios

  1. El cáncer es una enfermedad terrible, que solo nombrarla produce estupor y miedo, además de muchísima incertidumbre. Es difícil imaginar lo que una persona siente cuando en una consulta un doctor le comunica que padece cáncer, sea de la tipología que sea, es enorme el impacto emocional que provoca en el paciente y sus seres queridos. Esta enfermedad físicamente provoca muchísimo daño, pero hay que saber mirar más allá y saber focalizar la atención en el aspecto mental de un paciente oncológico, ya que lo normal es que sufra cambios muy negativos en su salud emocional tanto él como sus familiares y seres queridos. En este aspecto, la enfermería puede ayudar a mejorar la salud emocional del paciente, a que este tenga fuerzas, luche y no se rinda cuando empiecen los tratamientos con numerosos efectos secundarios como es la quimioterapia.
    Es muy importante distinguir los principales trastornos mentales que genera el diagnóstico de padecer cáncer una persona, como son la ansiedad y la depresión, cuyas prevalencias en porcentajes de sufrirlas son muy altas. Solo una cantidad muy baja de los pacientes reciben atención especializada sobre la ansiedad y la depresión, a pesar del conocimiento que se tiene de que los pacientes sufren ambas enfermedades mentales. Pero hay que tener en cuenta que la falta de asistencia psicológica de la ansiedad y la depresión también es provocada por la falta de comunicación del paciente a los profesionales sanitarios de su malestar emocional, y que normalmente se suele prestar más atención a la parte física de la enfermedad que al impacto mental que provoca recibir este tipo de noticia sobre su salud.
    También es necesario formar correctamente a los profesionales sanitarios para tratar los trastornos emocionales del paciente, ya que una inadecuada atención psicológica influye en cómo el paciente interactúa en el tratamiento. Se debe tratar de forma individualizada por un equipo multidisciplinar atendiendo a sus necesidades físicas, psicológicas y las de los familiares. Donde la enfermera oncológica será el profesional cercano que coordinará los cuidados, y hará de nexo entre paciente, familiares y el resto de los profesionales sanitarios.
    Son pocos los pacientes oncológicos que tienen servicio de psico-oncología, prestando este servicio los profesionales sanitarios, en lo que destaca la labor de la enfermera que se convierte en la persona de confianza del enfermo y a la que le pregunta sus dudas sobre sus tratamientos y se siente escuchado, ya que la enfermera hace de psicólogo en muchas ocasiones, pues el estar “a pie de cama” provoca que aumente la confianza en la relación enfermera – paciente.
    Todo lo anterior es lo que le da importancia a la enfermería oncológica, y hace que la EONS (European Oncology Nursing Society) elabore un plan CARE con cuatro aspectos fundamentales para la práctica enfermera: comunicación, apoyo, investigación y educación, que son las bases de la formación de la especialidad de la enfermería oncológica. Que me parece de suma importancia que la enfermería empiece a tener la importancia que se merece en estos aspectos y que se crean este tipo de proyectos tratando de hacer un enforque multidisciplinar a la hora de tratar a un paciente, ya que los seres humanos somos seres biopsicosociales, y a una persona enferma no se le debería de tratar prestando solo atención la parte física, como ya se ha comentado anteriormente.
    En definitiva, la formación de enfermeras especializadas que atiende a los pacientes de forma multidisciplinar, atendiendo a sus necesidades especiales e individuales aplicando técnicas, como el mindfulness, con las que los pacientes toman una mayor consciencia sobre su nueva situación pudiéndolo hacer algo más llevadero. Y otro tipo de terapias como es la musicoterapia o control de la respiración, son técnicas que mejoran los impactos emocionales como la ansiedad y la depresión en pacientes oncológicos.

    MARÍA DEL MAR RUIZ GÓMEZ - Grupo A.1.2

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  2. La quimio, la radio y también la salud mental son parte del cáncer. Al oír la palabra “cáncer” se crea una respuesta fisiológica-emocional (se podría considerar un estado de angustia y malestar) como consecuencia a la inadaptación a la amenaza que supone para una persona. La durabilidad de este desequilibrio emocional no es precisa, lo que sí es cierto es que puede desencadenar en trastornos adaptativos del estado de ánimo, ansiedad y depresión.
    El vocabulario positivista que se utiliza, en ocasiones, puede resultar culpable hacia el paciente. Es una carga que tienen que a ellos, les suma estrés. No es una batalla en la que se tenga que estar siempre de buen humor, tienen que permitirse días malos, ya que sin tener la patología, también los tendrían. Ellos sienten con este tipo de filosofía que si no están contentos, se están saboteando a sí mismos. La ansiedad provoca el desgaste en el sistema inmunitario. Cuando este problema se hace reiterativo, se tiende a acudir a sustancias bastante dañinas como lo son el tabaco y el alcohol.
    Si el rol que se te ha asignado en esta situación es el de familiar, puedes ayudar estando atento a los sentimientos de tu ser querido, animándole a que comparta sus preocupaciones o quizás si se siente incomprendido que lo haga entre iguales, grupos de apoyo de pacientes en su misma situación. Otra de las opciones es ayudar a que el paciente se mantenga lo más activo posible, por ejemplo cambiar el foco y centrarse en la actividad física se vincula a un menor riesgo de que se padezca depresión o ansiedad.
    Es importante resaltar la función de la enfermera oncológica pues esta crea un vínculo muy estrecho y humano con el paciente. Sus funciones van a ir desde la prevención del cáncer, hasta los cuidados paliativos. No solo se encarga de administrar los medicamentos prescritos sino que también realiza cuidados para el manejo y resolución de los efectos secundarios, elabora un seguimiento periódico del paciente para detectar las posibles complicaciones de su enfermedad, está en contacto directo y lleva a cabo una atención plena con el paciente y su familia. Por ello, es tan importante tener en cuenta el CARE citado en el texto pues abarca cuatro aspectos fundamentales para una buena práctica enfermera desde diferentes prismas: comunicación, apoyo, investigación y educación, que harán ofrecer unos cuidados de calidad no solo atendiendo la sintomatología física sino teniendo en cuenta la parte psicológica y social. También hay que tener en cuenta la posibilidad de que estos problemas de salud mental sean sufridos por personas del entorno del paciente oncológico los cuales se ven afectados por las situaciones extremas que sufre su ser querido. Por ello se debe vigilar el entorno y su abordaje en caso necesario.
    Para finalizar nuestra aportación en este tema, queremos resaltar el caso de Elena Huelva (@elenahuelva02), una joven de 20 años que lleva cuatro años tratando de superar el sarcoma de Ewing y sus recientes complicaciones. Desde el principio de la enfermedad, Elena ha visibilizado su situación en redes sociales y se ha convertido en un símbolo de lucha y admiración para sus miles de seguidores. Es conocida por su lema “mis ganas ganan” la cual ella resalta todos los días en su lucha «Pase lo que pase, sé que mi vida no ha sido en vano porque he luchado y he conseguido lo que quiero, visibilizar. Quiero que siempre os acordéis de la frase 'las ganas ganan', para todo, que no hace falta ganar para saber que ya hemos ganado». La perspectiva que ella abarca en la patología le ha servido para posicionarse como reflejo a los demás. Es tal su repercusión que se animó a escribir un libro como legado: “Mis ganas ganan. Nadie nos ha prometido un mañana, vive el presente”, un libro que merece ser leído para conocer la realidad de las personas que sufren esta enfermedad y poder llegar a empatizar.

    ISABEL COLLADO RUIZ Y MARTA LARA LÓPEZ - GRUPO B2.1

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  3. De acuerdo con nuestros compañeros, vemos como pasar por un proceso cancerígeno supone una adaptación bastante compleja que genera malestar en el paciente.
    Nos centramos tanto en la clínica, que nos olvidamos de las consecuencias que puede tener para el paciente dicho proceso, y aquí el personal de enfermería tiene un papel fundamental.
    Puesto que los enfermeros/as somos quienes pasamos más tiempo junto a estos pacientes, este acaba adquiriendo tal confianza en nosotros que sería mucho más sencillo abordar la salud mental desde enfermería, por lo que es imprescindible que recibamos la formación suficiente para ello.
    Debemos acompañar en el proceso, guiar y responder a sus inquietudes.

    Vemos que sería bastante interesante el poder tener a nuestro alcance un protocolo de actuación común que contemple un abordaje psicológico además de todos los procedimientos y cuidados enfermeros.

    Para finalizar y en relación a las distintas terapias comentadas por nuestros compañeros, nos gustaría aportar un proyecto, “Castañuelas rosas”, realizado por la Fundación El Pimpi junto con el Ayuntamiento de Málaga y distintas asociaciones como Assama, Asociación Española contra el cáncer, Apafima… Este consiste en la realización de talleres de danza con castañuelas, impartidas por la profesora Alicia Vicario, para mujeres que padecen cáncer, fibromialgia, lupus y parkinson. Las propias mujeres afirman que ir a estas clases hace que se les olvide todo, se diviertan y lleven mejor la enfermedad. Os recomendamos visualizar el siguiente vídeo en el que se muestran testimonios reales de mujeres que están participando en el proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=elklv53Rzo0

    GRUPO B3.1

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  4. No nos queremos ni imaginar la dureza que tiene que ser en aquellas personas recibir esas “malas noticias” que jamás uno quisiera recibir, confirmando el diagnóstico de cáncer. Cuesta ponerse en el lugar de la persona que lo tiene que vivir, porque solo ellos en sus propias pieles saben por lo que están pasando. Instantáneamente todo cambia en la vida de uno, y toca aprender a vivir de otra forma, teniendo que entrar en juego la aceptación y la normalización de vivir con una enfermedad tan grave y que tanto miedo, nos genera a la sociedad nada más escucharla.

    La información que nuestros compañeros nos han ofrecido acerca de la psicooncología y la importancia del papel de la enfermera oncológica nos visibiliza una vez más lo importante que es abordar la salud mental y lo necesario que es el bienestar psicológico.
    Nos encantaría estar más informadas en cuanto al tema de la psicooncología y creemos que también sería necesario abordarlo de una manera mucho más específica, pues ya no es solo el dolor oncológico (que es mucho) lo que les acompaña, sino también el desgaste psicológico que acarrea toda esta enfermedad.

    Al fin y al cabo en nuestras prácticas llevamos a cabo intervenciones enfermeras como son la escucha , el contacto, la presencia… Pueden resultar tan simples y que hacemos sin nisiquiera darnos cuenta, pero son iguales de importantes o incluso más que intervenciones más prácticas, como pueden ser llevar a cabo un sondaje o sacar sangre. Estamos tan de acuerdo, en que es tan importante el papel que la enfermera tiene que llevar a cabo, pues es tan necesario crear ese vínculo tan especial entre enfermera-paciente.


    Somos nosotras quienes estamos a pie de cama, quienes les cuidamos, y son ellos quienes depositan su confianza en nosotras y somos sus manos. El simple hecho de acompañar, de conversar, de escuchar, les aporta mucho y más en un proceso tan duro y doloroso como lo es el cáncer, pero es más, al final las que nos llevamos una lección y es un “regalo”, entendernos como regalo en esto a lo que nos referimos, ojalá nadie en esta vida tuviese cáncer y que algún día se pudiera erradicar de forma definitiva, pero es un regalo lo que estos pacientes te aportan, te dan una lección de vida sin ninguna duda, pues ellos tienen una visión diferente de la vida a lo que nosotros podemos tener.

    Nosotras también queremos recordaros una persona, que pensamos que ha sido muy importante en la visualización del cáncer a la sociedad y por supuesto una persona que Málaga siempre le recordará, porque se ganó el corazón de cada uno de los malagueños. El es Pablo Raez, un joven de 20 años, deportista malagueño, que falleció en 2017 a causa de una leucemia. Nos dejó el legado de su lema con el brazo en posición “Siempre fuerte”. Pablo visualizó a través de las redes sociales, como era su vida con cáncer y concienciando a todos de la importancia de la donación de médula con la que se pueden salvar muchas vidas, fue tan relevante y capaz de transmitir tanto , que consiguió que las donaciones de médula aquí en Málaga aumentaran con respecto a años anteriores. Gracias Pablo por todo lo que nos enseñaste, por la forma en la que afrontaste lo que te tocó vivir y por dar repercusión al gran acto de vida que supone donar. Aquí os dejamos un documental completo que él hizo, contando cómo se sentía y cómo empezó todo, por si lo quereis visualizar: https://youtu.be/tN_ACWTCkg4

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  5. Me encuentro bastante de acuerdo con las ideas que defiende este post. Personalmente el mundo de la oncología es un mundo que me llama mucho la atención y me interesa por todo lo que hay aún por aportar a los pacientes para su bienestar. En muchas ocasiones se puede ver, no solo en oncología sino en cualquier planta de hospital, que la propia rutina o carga de trabajo haga que el personal en enfermería se ciña más al trabajo técnico que a la propia atención de lo que puede estar sintiendo un paciente que se encuentra en una habitación solo o con una persona desconocida, en un sitio que no es su hogar y pasando por un proceso que probablemente o seguro le preocupe.

    Un proceso oncológico es un proceso muy duro tanto de aceptar como de afrontar, al fin y al cabo es una enfermedad de la que hay tanta variedad en cuanto a tipos que algunas pueden tener muy buen pronóstico si existen muchos estudios sobre ella, otras puede tener muy mal pronóstico o finalmente para otras pueden quedar pocas alternativas a la hora de detectarla.

    La gran variedad de pacientes que nos podemos encontrar con personalidades y vidas diferentes es infinita, y como se comenta en este blog no siempre los pacientes van a mostrar sus preocupaciones abiertamente o no siempre el profesional va a ser capaz de detectarlo. Siempre va a haber profesionales que se muestren más cercanos con los pacientes y es entonces cuando ellos son a veces capaces de abrirse o puede ocurrir como digo anteriormente otros profesionales que prefieran dedicarse a lo técnico y no se impliquen suficiente. Es por ello que también estoy de acuerdo en que debería de haber un protocolo para enfermeras/os oncológicos en el que se les de formación y puedan actuar todos de la misma manera con los pacientes sin hacer distinción entre uno u otro y que éste al menos se cumpliera a nivel general en toda España o a nivel internacional lo cual sería un gran avance y una muy buena noticia.

    Verdaderamente la salud mental o ausencia de ella en pacientes puede influir mucho en su proceso, y he visto como pacientes se han encontrado desanimados y han deseado no continuar con su tratamiento porque no encontraban el fin. Por todo esto es importante que llegue una persona bien formada en el campo, que sea capaz de escuchar, tratar al paciente de forma individualizada, sepa detectar dónde puede encontrarse el problema y recabe información de si la salud mental del paciente se encuentra en peligro, por lo que el plan CARE que se ha creado y del que se habla en este blog me parece una muy buena alternativa para dar el primer paso hacia una buena mejoría. Es muy importante estar atento de los cambios que se da en el ánimo del paciente durante su enfermedad y tampoco sería complicado preguntar como se ha sentido durante el día anterior o durante la noche ya que eso al final nos dará más información y el por qué de muchas de sus reacciones o de sus resultados.

    Andrea Postigo Pelayo
    A2.1

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  6. Es muy necesaria vuestra aportación en este tema para dar visibilidad a la salud mental de pacientes oncológicos, situación tan compleja que padecen muchas personas en el momento del diagnóstico, durante y en el mejor de los casos, una vez superado. Coincido con todo lo que habéis comentado, y cierto es que aunque creemos que estos pacientes reciben terapia psicológica, desafortunadamente no siempre es así ni en la mayoría de los casos. Este rotatorio de las prácticas he tenido la oportunidad de pasar por la planta de hematología del Hospital Carlos Haya, donde las enfermedades que predominan son leucemias, linfomas y mielomas, y es que realmente vemos que no estamos preparadas/os para abordar estos pacientes hasta que tratamos con ellos y nos trasladan sus preocupaciones del día a día. Muchas veces cuando me preguntaban y abordaban preguntas un tanto complejas, simplemente no se sabe que responder y luego, te invaden pensamientos sobre si lo que has dicho en ese momento puede perjudicarle o beneficiarle, creando al final una ligera frustración por no saber gestionar la situación. Por esto, es muy importante que se realizará una mayor formación en los profesionales enfermeros que en muchas ocasiones evitan entrar en ciertas habitaciones por miedo a no saber que responder tanto al propio paciente como a los familiares.

    Uno de mis últimos días de las prácticas, pude coincidir con una paciente joven de 20 años, estudiante (como nosotros) y fue en ese momento, que lo ves tan cercano a ti cuando te das cuenta de cómo puede cambiar tu vida de un momento a otro. Por suerte, la chica estaba ya sana y le iban a dar el alta, no obstante pude tratar con ella varios temas y en un momento de la conversación me trasladó su preocupación sobre que no había asimilado todo lo que había pasado y que tenía miedo de que volviera a ocurrir pero con un peor pronóstico. Y es que a pesar de que se supere la enfermedad, el no asimilarlo, genera un trauma que si no se trata puede producir futuros trastornos mentales causado por el miedo. Con esto quiero decir, que no podemos olvidar que a los pacientes hay que tratarlos (y deberían ser tratados) antes, durante y después para una mayor calidad de vida y una mejor salud mental.

    Irene Amorós Leal
    Grupo B1.2

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  7. Muchas gracias por vuestra interesantísima aportación compañeros. Tal y como explicais, no existe mayor realidad que la salud mental es uno de los pilares fundamentales en la evolución de un paciente oncológico. Es muy común es nuestro entorno profesional, el enfoque único y exclusivo en el proceso patológico del paciente y en los cambios fisiológicos que se producen en este; dejando a un lado la posibilidad de que estos cambios estén siendo influenciados por problemas en la salud mental del paciente.

    La labor enfermera en el ámbito oncológico toma mayor valor e importancia con respecto a otros servicios. Ya sea por el tabú que rodea a la salud mental, la ausencia de apoyo, la estigmatización y discriminación que sufren los enfermos o bien la mayor formación del profesional sanitario respecto al proceso patológico, hacen que el paciente tome como apoyo cercano al enfermero. Sin embargo, no existe una formación específica que ayude al profesional a llevar a cabo su labor de la forma más eficaz posible para el paciente y conseguir una mejora en su bienestar. Se necesitan de conocimientos y recursos más allá de la buena voluntad o fe del enfermero. Además, bajo nuestro punto de vista, esto no debe quedar solo aquí, si no que dicho conocimiento debe ser divulgado más allá de los enfermeros y enfermeras, teniendo en cuenta a familiares, médicos, auxiliares, etc. que rodean al enfermo y pueden aportar su grano de arena para la mejoría de este.

    A su vez, nos gustaría destacar que no solo es un problema de adultos. Muchos niños y adolescentes sufren trastornos o problemas mentales y, en ocasiones, pueden llegar a ser más vulnerables que los propios adultos. Entre otros, la falta de datos y evidencia en relación a la salud mental infanto-juvenil y la escasez de recursos provocan la ausencia de actuación del personal sanitario en este sector de la población, siendo fundamental, al igual que en el adulto, el mantenimiento del bienestar psicológico de niños y adolescentes.

    Desgraciadamente, hace unos días Elena Huelva, una joven ‘influencer’ de 20 años, falleció tras una larga lucha contra un sarcoma de Ewing. Pablo Raez, Ozelot, Charlie y la propia Elena, han sido voces públicas del cáncer, que a través de las redes sociales y sus vídeos, han tratado de dar luz a sus problemas y dar un empujón a otras muchas personas en sus propias luchas con el fin de normalizar el proceso que están sufriendo e intentar tomar con filosofía y como algo positivo la situación que están viviendo. No hay mayor ejemplo que uno mismo para provocar un cambio en los demás y conseguir calar en el interior de cada individuo. Por ellos y por todas las personas que han padecido o están padeciendo esta enfermedad, debemos de fomentar el bienestar psicológico de cada uno de ellos e impulsar la investigación; para que este proceso sea lo más laxo posible. Aquí os dejamos algunos de los vídeos mediante los cuales estos influencers transmitían su fortaleza siempre con una sonrisa en el rostro con el fin de ayudar mentalmente a todo quien viese sus vídeos:
    https://www.youtube.com/watch?v=HQb4TJI1woY
    https://vm.tiktok.com/ZMFE5SMhm/

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  8. Claudia Chaves Lucena11 de diciembre de 2023, 7:38

    Grupo A1.1

    Al leer el título, nos ha llamado la atención como un tema tan tabú se ha asociado a pacientes oncológicos. Nos resulta muy interesante como los diferentes trastornos mentales pueden repercutir en el abordaje de la enfermedad y la adherencia al tratamiento. El diagnóstico y su evolución tiene un gran impacto en la vida de la persona, afectando a todos los niveles tanto físicos como psicológicos y sociales.

    Como se ha dicho en el blog, la estigmatización de los psicólogos hace que los pacientes no recurran a ellos cuando sea necesario, por lo que es muy difícil reconocer si una persona tiene o no un problema de salud mental.
    La mayoría de veces, la enfermera al ser la persona que tiene más contacto con el paciente, será la elegida para la comunicación de todas sus dudas, ya que establecerá un vinculo de confianza que le será al paciente más fácil la expresión.Gracias a su labor, podremos abordar los problemas de una forma más adecuada.

    También es importante recalcar la especialidad de oncología, cuya función es muy variada, desde la administración del tratamiento necesario hasta la coordinación de los cuidados. Debemos ampliar la información sobre esta especialidad, para tener una acertada intervención y evaluación integral para así no centrarnos solamente en los problemas físicos sino que también en los psicológicos.

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  9. En primer lugar, la "salud mental en pacientes oncológicos" ha sido un tema que ha creado mucha expectación e interés en nuestro grupo, ya que nosotros como futuros enfermeros seremos y somos testigos del sufrimiento y las emociones que pueden llegar a tener un paciente oncológico a lo largo de su enfermedad. Por lo que consideramos que debemos estar mejor preparados para poder cuidar correctamente a nuestro paciente además de colaborar adecuadamente con sus familiares.
    El cáncer, como bien han explicado nuestros compañeros, es una enfermedad en la que las células del cuerpo se multiplican de forma descontrolada. Pudiendo llegar a invadir otras partes del cuerpo, en un proceso conocido como metástasis. Debemos de ser conscientes de que esta enfermedad no solo tiene un impacto físico sino además también emocional y social. Nos queremos referir a que es una enfermedad cuyo diagnóstico puede tener un gran impacto en la vida de la persona y de su entorno.
    No somos conscientes de lo difícil y duro que tiene que ser para aquella persona y para su familia recibir este tipo de noticias, ya que considero que nadie está preparado para esto. Al paciente le puede ocasionar gran cantidad de emociones como la tristeza, ansiedad, impotencia… Por lo que nosotros como enfermeros es muy importante que actuemos con empatía, compasión, dándole apoyo emocional, resolviéndole todas sus preguntas y temores para que el paciente pueda adaptarse a su nueva realidad de la mejor forma posible.
    En cuanto a la salud mental, como sabemos, es un aspecto esencial en vida de todas las personas, pero tiene mucha mayor importancia cuando la persona se enfrenta a un desafío como es el cáncer. La salud mental es algo a lo que tenemos que dar mucha importancia en este tipo de pacientes, puesto que les afecta su enfermedad de forma física, psicológica, emocional y social. Además, en muchos casos los pacientes no suelen mostrar sus miedos, temores ni pedir ayuda psicológica debido a que les cuesta reconocer por lo que están pasando. También, estos pacientes sienten a veces que pierden su autonomía.
    En relación a su autonomía, es importante que ellos mismos puedan aprender a cuidar de su salud mental. Esto sería, como han dicho los compañeros, por medio de técnicas como mindfulness, musicoterapia (que tiene gran efectividad), meditación, controlar la respiración, yoga, etc.
    Tras recibir el diagnóstico, el paciente puede presentar trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. A pesar de esto, en mi grupo pensamos que muchas veces, debido a las tareas y técnicas que se deben de hacer en la planta, muchas veces no somos del todo consciente de que el estado emocional y mental del paciente está muy ligado con su salud física y debemos de dar importancia de igual forma al aspecto físico como al mental.
    Para concluir, es necesario remarcar la importancia de la labor de enfermería en relación a los pacientes oncológicos, ya que además de encargarse de la coordinación de los cuidados también son considerados por los pacientes un pilar muy importante y por tanto suelen tener mucha confianza. De ahí, como han dicho nuestros compañeros, es necesario mejorar y ampliar esta especialidad.
    Grupo B 3.2

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