DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN

El día 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, pero, en primer lugar, ¿qué es la depresión?

Para hablar sobre este día consideramos que hay que saber primero qué es la salud mental, siendo esta el estado de bienestar que permite a cada persona hacer frente a las dificultades del día a día, desarrollar sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Nos permite desarrollar capacidades individuales y colectivas y poder formarnos a nosotros mismos. Es un derecho humano fundamental.1


Foto de Stormseeker en Unsplash 


Según la OMS, una de cada cuatro personas padecerá algún trastorno mental a lo largo de su vida, dato que resulta ser preocupante de cara al futuro. A su vez, ha reconocido la depresión como un problema de salud pública a nivel mundial y se estima que será la enfermedad más incapacitante del mundo para el año 2030.2


Suele ser más frecuente en sujetos que padecen enfermedades somáticas crónicas o graves, personas de mayor edad y en mujeres. Aunque afecta tanto a hombres como a mujeres, estas últimas sufren un 50% más años de vida perdidos por discapacidad (AVPD) a causa de esta enfermedad en comparación con los hombres, lo cual equivaldría a un 13% AVPD en ellas.3


Existen datos recogidos en la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud en los que se afirma que España corresponde al país europeo que posee las “tasas más altas de síntomas depresivos en población de edad avanzada”.4 Además se estima que, a lo largo de su vida, alrededor de un 15% de la población española sufre algún cuadro depresivo, pero “menos de una de cada tres personas será diagnosticada y tratada correctamente” porque solo acuden a consulta un 40-50%.5


En las consultas sanitarias (sobre todo en Atención Primaria) es una de las patologías atendidas más frecuentes, ya que más de una cuarta parte de estos pacientes se ven afectados por síntomas propios de dicha enfermedad.6


Este trastorno es frecuente en la edad adulta, causando un gran impacto tanto a las personas que lo padecen como a su entorno en general. Tiene una alta tendencia a las recaídas y se asocia a un incremento de la mortalidad. Se trata de una enfermedad crónica que causa dependencia y discapacidad, así como afecta a la calidad de vida, empeora las enfermedades somáticas y aumenta la posibilidad de mortalidad por suicidio.7,8


En cuanto a su etiología, normalmente, no existe una causa clara que haya provocado la depresión; parece ser que ciertos individuos tienen más riesgo de sufrir dicho trastorno en comparación con otros; sin embargo, todos podemos llegar a padecerlo. Podemos diferenciar entre factores que nos vuelven susceptibles a tener depresión y otros factores que pueden incrementar la predisposición a sufrirla.5


La depresión abarca un conjunto de síntomas emocionales, fisiológicos (fatiga) físicos, cognitivos (dificultad para concentrarse, ideas autolíticas), conductual (baja tasa de conducta) y del comportamiento.9,10 Entre ellos, se incluyen: llanto, irritabilidad, falta de libido, fatiga, disminución de la actividad, pérdida del interés y pérdida del disfrute de las actividades de la vida diaria (AVD). También, se presentan sentimientos de culpa, inutilidad, pérdida de confianza, impotencia, incluso pacientes con depresión mayor pueden presentar ideas suicidas, intentos de autolesión o, finalmente llegar a consumarlo.10 Estos síntomas causan malestar significativo en las áreas laboral o social, afectando a la calidad de vida de los sujetos.9

 

Los factores de riesgo para la depresión pueden dividirse en individuales (de la persona) o ambientales. Con respecto a los individuales, pueden ser genéticos, debido al sexo y la edad (la prevalencia de depresión en niños y niñas es igual; sin embargo, a partir de la adolescencia la prevalencia es mayor en mujeres) o asociados a otros trastornos psíquicos, su temperamento e incluso orientación sexual (son más vulnerables las personas homosexuales). Entre los factores de riesgo ambientales destacan la familia (trastorno psíquico de los padres, conflictos familiares, maltrato…) y el entorno social (sufrir bullying, ausencia de amigos…).11

 

Aquí destaca la importancia de un buen equipo multidisciplinar, ya que estos últimos años ha aumentado el número de pacientes que acuden a atención primaria por problemas de salud mental, entre ellos, los que sufren depresión. Los enfermeros/as juegan un papel fundamental en la prevención de los trastornos mentales y en la promoción de una buena salud mental de la población a la que atiende.

En primer lugar, la enfermera que va a tener contacto directo con el paciente durante la consulta identificará la existencia de signos y síntomas depresivos que presenta el paciente mediante una entrevista personal.12 Durante la práctica enfermera en pacientes con depresión, los patrones funcionales más valorados son: nutrición, actividad, descanso, autopercepción y tolerancia al estrés. El individuo con depresión puede encontrarse más cansado, con insomnio, falta de apetito o hambre, dificultad para respirar o dolores crónicos. Se puede llegar a sentir inútil, bastante estresado y tener cambios de humor prolongados. 13

 

En todo ello, enfermería carga con un papel muy importante cuando trata al paciente. Es fundamental establecer una relación de confianza. De esta manera, podemos proporcionarle apoyo emocional durante todo el proceso y motivarlo para superar la enfermedad. Además, es imprescindible que el paciente consiga una buena adherencia al tratamiento ya que le puede ayudar a reducir los síntomas y sentirse más estable. Así mismo, establecer nuevos hábitos y actividad física puede mejorar el estilo y calidad de vida, además del alivio de los posibles síntomas.13

 

Debemos tener en cuenta que las personas que padecen depresión suelen manifestar síntomas físicos, que incluso podrían confundir el diagnóstico. Se conoce como “depresión silenciosa o enmascarada” a la depresión en la que la sintomatología somática predomina por encima de las manifestaciones psicopatológicas y reacciones emocionales propias de la enfermedad.14 Un usuario que sufre depresión enmascarada, en primer lugar, suele recurrir a profesionales sanitarios no especializados en salud mental para paliar sus síntomas físicos. En estos casos, el diagnóstico del problema real tarda más tiempo en establecerse y precisa de un mayor número de revisiones periódicas. Además, debido a esta dificultad diagnóstica y, en ocasiones, a la falta de entrenamiento en salud mental de algunos profesionales, la depresión no recibe el tratamiento adecuado.15 Es importante hacer hincapié en la entrevista clínica y la observación sintomatológica cuando valoramos a los usuarios. Como parte del equipo multidisciplinar que interviene en la promoción de la salud mental y en la prevención y tratamiento de enfermedades mentales, los profesionales de enfermería debemos estar cualificados.14,15

 

Paralelamente, diversos estudios concuerdan que el nivel de depresión de las personas está directamente relacionado con las estrategias de afrontamiento que utilizan, como pueden ser la focalización del problema, que consiste en esforzarse por darle una solución a éste. Así como con la religión, que en muchos individuos mantiene la autoestima durante el proceso del trastorno, la estabilidad emocional y los sentimientos de esperanza y ayudan a proveer un sentido a sus vidas. La reevaluación positiva es capaz también de mantener los niveles de ansiedad, depresión y autoestima durante procesos como el afrontamiento de un cáncer.16,17


Tras ser conscientes de lo que es la depresión y lo que supone para aquellos sujetos que la padecen y su entorno, sabemos lo que significa el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión y lo importante que es para nuestra sociedad darle visibilidad a este tema tan estigmatizado.

 

Es un hecho que hablar de la depresión es un tema muy incómodo aún para mucha gente. Sin embargo, hablar sobre ella con normalidad y dedicarle un día a la lucha contra esta puede ayudar a mucha gente a reconocer qué le está sucediendo, darle un empujón para pedir ayuda o simplemente saber que no es la única persona que está pasando por esa situación y sentirse un poco menos solo o incomprendido en el paso de esta enfermedad.


Todos somos susceptibles de padecer depresión en algún momento de nuestras vidas, existen tratamientos ante ella, pero muy poca gente habla sobre el tema o es capaz de pedir ayuda. Asimismo, no todo el mundo puede acceder a una atención sanitaria y tratamiento de calidad o pagar a un psicólogo periódicamente para que le ayude y le acompañe. Esto supone que la salud mental de una persona a día de hoy no solo dependa de su estado psicológico, sino también de su nivel económico. 


Foto de Adrian Swancar en Unsplash


En pleno siglo XXI y sumergidos completamente en las redes sociales, existe también una presión adicional sobre la población para parecer feliz siempre, hacer planes divertidísimos y tener una vida lo más llena de momentos idílicos posible. Nos encontramos constantemente consumiendo “la felicidad y la vida perfecta” de nuestros amigos, vecinos, compañeros, e incluso individuos que no conocemos, pero a los cuales admiramos por ello. 

Por todo lo mencionado, como sanitarios, y sobre todo personas, debemos promocionar y garantizar la salud mental de la población, y hacer ver, en días como este, que la depresión es una enfermedad que está ahí y debemos apoyar a quienes la padecen y hacerles ver que no están solos en el proceso.


Foto de Dan Meyers en Unsplash


AUTORES:

-       María Plaza Bayona

-       Alba Pérez Zamora

-       Alejandra María Peña Medina

-       Miriam Ortega Elías

-       Sergio Orellana Morales

-       Cecilia Pagán Nieto

-       Noelia Peláez Sánchez

-       David Pérez del Águila

-       Ana Pérez Rosado

-       Claudia Ramos Cano

-       Andrea Postigo Pelayo

-       Lidia Priego Salas

-       Lola Rodríguez Alux

-       Rosa María Quirós Aragonés



REFERENCIAS

1.     Salud mental: fortalecer nuestra respuesta [Internet]. [Citado 24 de noviembre de 2022]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response 

2.     Barceló-Soler A, Baños RM, López-Del-Hoyo Y, Mayoral F, Gili M, García-Palacios A, et al. Intervenciones de psicoterapia por ordenador para la depresión en Atención Primaria en España. Actas Esp Psiquiatr. 2019; 47(6): 236-246. Disponible en:

https://www.actaspsiquiatria.es/repositorio/21/122/ESP/21-122-ESP-236-46-188068.pdf 

3.     Sendra-Gutiérrez JM, Asensio-Moreno I, Vargas-Aragón ML. Características y factores asociados a la depresión en el anciano en España desde una perspectiva de género. Actas Esp Psiquiatr. 2017; 45(5): 185-200. Disponible en:

https://www.actaspsiquiatria.es/repositorio/19/109/ESP/19-109-ESP-185-200-313219.pdf 

4.     Castellón Leal E, Ibern Regàs P, Gili Planas M, Lahera Forteza G, Sanz González J, Saiz Ruiz J. El abordaje de la depresión en el ámbito del trabajo: recomendaciones clave. Psiquiatría Biológica. 1 de septiembre de 2016;23(3):112-7.  Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1134593416300562?via%3Dihub 

5.      MOLINA LS, Martí BA. COMPRENDER LA DEPRESIÓN. Editorial AMAT; 2010. 113 p. Disponible en: https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=yC_1xY4jzNUC&oi=fnd&pg=PA7&dq=qu%C3%A9+es+la+depresi%C3%B3n&ots=nKkMHgXKFP&sig=pucZH1Y4N6hGcuDiv4Zeb_N_TVU#v=onepage&q&f=true 

6.     Olivan-Blázquez B, Rubio-Aranda E, García- Sanz O, Magallón-Botaya R. Correlación entre el diagnóstico de depresión y la sintomatología presentada en pacientes de atención primaria. Actas Esp Psiquiatr. 2016; 44(2): 55-63. Disponible en:

https://actaspsiquiatria.es/repositorio/18/100/ESP/18-100-ESP-55-63-220189.pdf 

7.     Ayala-Escudero A, Hernández-Rincón EH, Avella-Pérez LP, del Mar Moreno-Gómez M. Rol del médico de familia en la prevención primaria y secundaria de la depresión en el adulto mayor. Medicina de Familia SEMERGEN. 1 de marzo de 2021;47(2):114-21. Disponible en:

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S113835932030349X?via%3Dihub 

8.     Portellano-Ortiz C, Garre-Olmo J, Calvó-Perxas L, Conde-Sala JL. Depresión y variables asociadas en personas mayores de 50 años en España. Revista de Psiquiatría  y Salud Mental. 1 de octubre de 2018;11(4):216-26. Disponible en:

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1888989116300957?via%3Dihub 

9.     Agis C. Eficacia de la Activación Conductual para el tratamiento de la depresión [Internet]. Universidad de Psicología: Universidad de la República; 2019. Introducción; [citado el 13 de noviembre de 2022]; pg 3. Disponible en: https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/23012/1/Agis%2c%20Carolina.pdf 

10.  Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión Mayor [Internet]. [Citado 24 de noviembre de 2022]. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2007-84472017000200073&script=sci_arttext 

11.  Mazaira J, Triñanes Y, Atienza G. Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y Adolescencia:actualización [Internet]. 1.ª ed. Guía Salud; 2018 [citado 24 de noviembre de 2022]. Disponible en:

https://portal.guiasalud.es/wp-content/uploads/2020/10/gpc_575_depresion_infancia_avaliat_compl.pdf

12.  Calderón EQ, Fernández MEC. EL PAPEL DE ENFERMERÍA EN LA DEPRESIÓN MAYOR: 36. Disponible en:

https://digital.csic.es/bitstream/10261/165022/1/depresionenfermayor.pdf 

13.  Estefania RMK. TITULO DEL CASO CLINICO: PROCESO DE ATENCION DE ENFERMERIA APLICADO A PACIENTES CON TRASTORNO DEPRESIVO. :35. Disponible en:

http://dspace.utb.edu.ec/bitstream/handle/49000/3869/E-UTB-FCS-ENF-000023.pdf?sequence=1&isAllowed=y 

14.  Chávez, K. G. C. (2015). La depresión enmascarada desde la sintomatología neurovegetativa. Revista Electrónica Psyconex, 7 (10), 1-7. Disponible en: https://revistas.udea.edu.co/index.php/Psyconex/article/view/23124 

15.  Guiacomantone, E. G. (2019). La depresión: un desafío en la práctica médica general. Revista del Hospital Italiano de Buenos Aires, 39 (4), 128-134. Disponible en: https://www1.hospitalitaliano.org.ar/multimedia/archivos/noticias_attachs/47/documentos/109106_128-134-HI5-17-19-Giacomantone-C.pdf

16.  Giraldo Marín LA, Gómez Gómez JD, Maestre Caro K. Niveles de depresión y estrategias de afrontamiento en familiares de víctimas de desaparición forzada en la ciudad de Medellín. Int j psychol res. 30 de junio de 2008;1(1):27-33. Disponible en:

https://www.redalyc.org/pdf/2990/299023503005.pdf 

17.  Ortiz Garzón E, Méndez Salazar LP, Camargo Barrero JA, Chavarro SA, Toro Cardona GI, Vernaza Guerrero MB. Relación entre las estrategias de afrontamiento, ansiedad, depresión y autoestima, en un grupo de adultos con diagnóstico de cáncer. Psychologia Avances de la Disciplina. enero de 2014;8(1):77-83. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1900-23862014000100008&lng=en&nrm=iso&tlng=es     

Comentarios

  1. Cada vez somos más conscientes de que la salud mental importa. Podemos ver cómo se habla de ello en miles de videos, en redes sociales, comentarios en foros o incluso en las noticias. Sin embargo, cuando se trata de alguien que conocemos, muchos de nosotros tendemos a reírnos y a ridiculizar a las personas por padecer alguna patología asociada a la salud mental. Creemos que son unos exagerados e infradiagnosticamos a los demás sin tener la más mínima idea de por lo que están pasando.
    Quizás no podamos solventar los problemas que están sufriendo, pero sí podemos allanar el camino y hacer más fácil todo este proceso. Si una persona lleva varios años hundida, atravesando adversidades que por si misma no puede solucionar y se atreve de una vez por todas a dar el paso y acudir a un psicólogo o recurrir a algún tipo de ayuda profesional, debemos alegrarnos por ellos y apoyarlos para que sigan cuidando de su salud mental.
    Queremos aparentar que en el siglo XXI somos una generación totalmente nueva y respetuosa con el resto, mientras que son solo eso, apariencias.
    Me ha parecido muy interesante a la par que escalofriante lo incapacitantes y habituales que pueden llegar a ser estos problemas. Es increíble la gran cantidad de síntomas tanto físicos como emocionales que acompañan a la depresión, y la poca visualización que reciben quienes la padecen.
    Me gusta la idea que trasmite y la comparto, todos deberíamos fomentar el cuidado tanto de nuestra salud mental como la del resto y aportar nuestro granito de arena.
    GRUPO A.3.1

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  2. Resulta llamativo como la depresión es un trastorno frecuente que va en aumento, estimándose que será la enfermedad más incapacitante para dentro de siete años, pero lo poco normalizado que está ver a alguien triste, ausente, que le cueste llevar a cabo las actividades que conllevan su rutina diaria.
    ¿Cuántos de nosotros no hemos pensado alguna vez “vaya raritx, no quiere relacionarse con nosotros,” o “vaya vagx, no viene a clase por no madrugar y encima nos pide apuntes”?
    Hablamos de normalizar este trastorno, de entender que todo proceso tiene sus recaídas, pero más de una vez, seguro que, incluso sin quererlo, sin saberlo, hemos actuado de esta forma ante alguien que lucha cada mañana por levantarse de la cama.
    Sí es verdad, que, en nuestra facultad, tenemos la suerte de visibilizarla, de que nos ofrezcan cita psicológica gratuita y nos den las herramientas para poder sobrellevar este proceso de recuperación lento, y que, recalco, tiene sus recaídas, pero no podemos evitar pensar que, la realidad es otra.
    Como persona que ha sufrido depresión, he recibido todo tipo de tratos, desde personas que se alejaban de mí por ser “aburrida” hasta personas que han querido darme un trato especial al saber que he tenido una recaída durante el proceso de recuperación. No me he sentido cómoda con ninguno de los dos tratos, en el primero, porque pensaba que era mi culpa que la gente se fuese, y en el segundo porque sí es verdad que puedo ser un poco menos funcional, y que requiera un poco de paciencia y que me echen una mano, pero por favor, evitad el trato preferente porque, al menos en mi caso, solo me ha hecho pensar que no era capaz de hacerlo sola.
    Esperamos que el 13 de enero sirva para dar mayor voz a esta enfermedad, que se convierta en parte de nuestro día a día, ya que, sin saberlo, convivimos con personas que la padecen, y debemos apoyarlas.

    GRUPO B3.1

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  3. Patricia Pino Verdú19 de diciembre de 2022, 12:28

    Esta entrada de blog es una oportunidad de reflexión tanto para nosotros como futuros profesionales como para personas de la sociedad que somos. Vivimos en un mundo de estrés y contrarreloj donde obviamos trastornos que están ocultos o no tan ocultos, porque con simplemente pararse a escuchar sin prejuicios a la otra persona puedes entender qué le está ocurriendo.

    Y sí, esto es lo que conocemos como empatía, ponerse en el lugar del otro entendiendo su situación. Pero, parece que es más sencillo correr un tupido velo a los problemas de salud mental que tiene una sociedad; la depresión es uno de estos trastornos ocultos. Quizás sea porque, tal y como se menciona en la entrada, buscamos la perfección y para ello necesitamos no encontrar problemas en la sociedad o, únicamente, no queremos ver lo que tenemos delante.

    Claro está que reivindicar el 13 de enero como Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión es una forma de visibilizar que existe este problema. Sin embargo, esto debe ir mucho más allá, y empezar por las bases, ¿por qué no integrar una asignatura focalizada en el respeto, la diversidad y cómo ayudar y escuchar a los demás, en los colegios e institutos?

    Esta propuesta puede ser un disparate, pero pensemos. Sí quitamos las ideas preconcebidas y la idea de perfección que llevamos metida en la cabeza desde pequeñitos y que luego se mantienen en la edad adulta, ¿podríamos ayudar a que estas personas que se ocultan tras la depresión pidiesen ayuda y se sintiesen escuchadas? Y, además, ¿no pensáis que así estaríamos quitando numerosos estigmas y la búsqueda del “yo ideal”, que tanto nos impone la sociedad desde bien pequeños, y que, en numerosas ocasiones, se convierte en el causante de la aparición de dicho trastorno?

    Además, como futuros sanitarios, nuestros propios pensamientos influyen en cómo vamos a tratar a esa persona en una consulta y esto no deber ser así. Y es que, aunque lo hagamos conscientemente o inconscientemente, la primera impresión que tenemos de un paciente afecta a nuestra práctica. Imaginemos que tenemos una idea de que las personas con depresión actúan con cierta apatía porque quieren o, simplemente, no concebimos la posibilidad de que una persona tenga depresión, porque tenemos inculcado como sociedad que todos somos felices y perfectos. ¿Pensáis que se infradiagnosticaría a esta persona? Seguramente, la respuesta sería que sí y no parece ser lo más justo.

    En definitiva, revindicar este día es algo fundamental pero nuestra actuación como sociedad y como profesionales es imprescindible; pues sin cambios en nuestro comportamiento y pensamientos, promover el 13 de enero se queda escaso.

    Grupo A.1.2.

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  4. Grupo 3.2.
    Como bien se menciona en la entrada, la depresión incluye síntomas emocionales, físicos, conductuales y del comportamiento. Para el conocimiento de los síntomas emocionales es esencial establecer una buena relación de confianza enfermera-paciente. Sin embargo, hay síntomas que son visibles (físicos, conductuales.), que podrían ayudar al diagnóstico solo con la observación y la realización de preguntas concretas. Por ejemplo, la falta de seguridad o autoestima del paciente puede hacernos sospechar de su estado de salud mental y la realización de una buena anamnesis, aunque el paciente esté en consulta por otro motivo.
    Además, otro de los problemas de este trastorno mental es la estigmatización porque se siguen escuchando comentarios como “dice que tiene depresión, pero sale todos los fines de semana de fiesta” o el empleo de la palabra depresión como sinónimo de tristeza.
    Debemos concienciar sobre la importancia de la salud mental y, en la actualidad, las redes sociales son una buena plataforma para llegar a los adolescentes y hacerles reflexionar y cambiar sus actitudes. Es una buena forma de educación para la salud desde edades tempranas.

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  5. Paula Alarcón Sánchez16 de enero de 2023, 9:35

    Grupo B1.2.
    El día 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión. Pero, ¿qué es la depresión?
    Según la OMS, la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La propia Organización Mundial de la Salud define la depresión como un trastorno mental frecuente, siendo más común de lo que vemos.
    Este trastorno es difícil de tratar, puesto que no tiene una causa clara que la provoque y además abarcan muchos síntomas emocionales, los cuales son complejos de valorar a la hora del diagnóstico. Por ello, suelen tener un diagnóstico tardío y por consecuente un tratamiento retardado.
    Además de estos síntomas emocionales, puede llegar a manifestar síntomas físicos, cognitivos y del comportamiento entre otros, porque las personas con depresión son más irritables, se encuentran más cansadas, pierden la confianza o se sienten impotentes. En el caso de una depresión mayor, podrían apreciarse conductas suicidas o intentos de autolesión. Por lo tanto, esos síntomas podrían alertar a los profesionales sanitarios.
    En la actualidad la depresión es un trastorno difícil de hablar públicamente por los estigmas que se tiene de ella, por lo que considero que se debe visibilizar más estos temas y tratarlos con naturalidad para poder solucionarlos lo antes posible y que la persona que se encuentre en una situación así pueda pedir ayuda sin sentirse juzgado.
    Y como afirman mis compañeros/as, es muy importante un trabajo coordinado con un equipo multidisciplinar (medicina, enfermería y terapeutas) para que haya un buena valoración y así imponer un correcto tratamiento. También cabe destacar la repercusión del papel de la enfermería en persona con este trastorno ya que se debe establecer una relación de confianza y apoyo emocional para que así el paciente se recupere y mejore la calidad de vida y con ello, los síntomas.

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