ANTIDEPRESIVOS POR FACILIDAD

Se te viene el mundo encima cuando te dicen que tienes que tomar antidepresivos, porque es un tema súper tabú, al igual que la depresión, muchas personas no saben ni lo que les está pasando porque en ningún momento te planteas que tú puedas tener depresión, porque nadie te lo dice, nadie te habla de ello, ni de lo que vas a sentir. De mi entorno nadie sabía que las tomaba. Desgraciadamente es un tema que se intenta evitar en la juventud, y aún más en la adultez, incluso en mi familia me llegaron a decir que tenía que ser más fuerte; como si te partes un pie y te dicen debes tener los huesos más fuertes.  

Cuando empiezas a tomarlas te da miedo porque piensas que vas a vivir drogado en un mundo de colores, y hoy en día, hay pastillas muy modernas y adelantadas que afectan solo a la depresión. Está demostrado que apenas tienen efectos secundarios; es más, cuando vas al psiquiatra te hace preguntas acerca de si estás estudiando, para mandarte las pastillas que no te afecten a la memoria, a la concentración, etc. A pesar de ello sigues aterrorizado, pero es una solución para salir adelante, caer en manos de profesionales, confiar en el proceso y alcanzar la meta. 

Aun así, no es un milagro, tampoco quiero contarlo como si lo fuese, es simplemente un instrumento más, que sin terapia no te hace una persona nueva. Entonces yo tuve los dos utensilios, estuve tomándolas 8 meses, luego me las quitaron muy poco a poco, para que no me produjeran de nuevo, la ansiedad que me acompañaba antes de tomarlos. No notas nada, solo que tú miras hacia atrás y te vas dando cuenta de que cada vez te sientes mejor, que cada vez tienes interés por algo en la vida, es un proceso lento, pero te ayuda a salir del mundo de tristeza en el que te encuentras.”

Esta es la reflexión citada por una persona cercana que tras haber padecido depresión ha reflejado toda su evolución, junto a su experiencia con los antidepresivos.

 

Hoy en día existe un aumento exponencial del uso de fármacos antidepresivos con respecto a años atrás. Este hecho se debe a un incremento de los trastornos mentales y a la mejoría de su diagnóstico. Además, contamos con una mayor concienciación por parte de la sociedad actual causada por un gran desarrollo de la información existente sobre estas patologías.  Asimismo, la salud mental ha cobrado gran importancia en nuestras vidas, posicionándose de forma equivalente a la salud física y provocando una mayor relación de dependencia y equilibrio entre ambas.  A pesar de esto, el miedo a la aceptación de dicho trastorno persiste en nuestra sociedad. ¿Qué es lo que tanto nos preocupa? ¿Tomar antidepresivos? ¿Volvernos adictos a ellos por un mal uso? o ¿Qué nuestro entorno conozca que los tomamos? (1,2).

 



Dentro de los trastornos mentales, la depresión es la madre de todas y consiste en un trastorno del estado de ánimo desencadenando la aparición de sentimientos como tristeza, anhedonia, melancolía, soledad… Cuando la depresión llega a su mayor grado, provoca la incapacitación para la realización de actividades de la vida cotidiana, así como la posibilidad de que se dé el suicidio. Debemos detectarla de forma precoz ya que las consecuencias pueden llegar a ser irreversibles. (1)

En cuanto a su tratamiento, podemos utilizar tanto la farmacoterapia como la psicoterapia, así como la combinación de ambas. En la actualidad no existe evidencia total acerca de la superioridad de uno u otro, aunque el tratamiento combinado es el que proporciona desde un punto de vista global una mejor respuesta. No obstante, la farmacoterapia es la más utilizada debido a la facilidad de su acceso y a su bajo coste en comparación de la psicoterapia. Relacionar su fácil acceso con pensar que es la más beneficiosa de las dos opciones sería caer en el error. Como todo medicamento, su uso debe ser responsable y a pesar de ello, no estamos exentos de los efectos secundarios. Conocemos algunos como: obesidad, insomnio, disfunción sexual… Estas repercusiones pueden dar lugar a un aumento de la gravedad de la situación. (1) 

 

El tratamiento farmacológico se prescribe en casos con sintomatología de depresión mayor moderada o grave, y no se recomienda en pacientes con diagnóstico de depresión menor. A grandes rasgos, la depresión mayor es aquella que requiere de la presencia de un malestar significativo o de un deterioro en área funcionales de la persona. 

La prescripción no es la misma en todos los casos, ya que debemos de tener en cuenta ciertas condiciones de cada paciente, como son la tolerabilidad, efectos secundarios, interacciones y preferencias del paciente según su estilo de vida; con el fin de tratar de que influya lo menos posible en su día a día. Según investigaciones observacionales, la retirada de los antidepresivos debe de ser gradual con el objetivo de evitar la aparición de un síndrome de abstinencia, todo esto se debe de llevar a cabo cuando haya inexistencia de indicación para su consumo, además de evitar posibles efectos adversos en tratamientos prolongados o por la propia decisión del paciente. (3)

 

En este proceso el papel de enfermería es esencial, ya que su objetivo se basa en guiar y apoyar al paciente, reconocer y detectar los síntomas de la depresión para el posterior trato con el paciente, y así poder ayudarlo y tratarlo de la manera más eficaz posible. Es importante recalcar los resultados que se pretenden conseguir, advertir de que el efecto no es inmediato, tratar de conseguir una perfecta adherencia al tratamiento y llevar a cabo un seguimiento cercano del paciente para evitar recaídas a largo plazo. (2)

 

En la consulta de enfermería se deberá realizar una valoración, donde se detectará aquellos patrones y diagnósticos que son requeridos para poder realizar el seguimiento. Hay herramientas que pueden ser empleadas desde enfermería, una de ellas es el inventario de Depresión de Beck, el cual consiste en un cuestionario de 21 preguntas dónde se determinarán las características como la desesperanza, la fatiga, la pérdida de peso, el sentimiento de culpa o la irritabilidad. Es importante tener en cuenta que el enfermero no solo debe tener conocimiento sobre el tratamiento sino, el abordaje de una terapia psicológica, conociendo las intervenciones cuya resolución esté basada en la evidencia. (4)

 

Observando la sociedad, se ha podido comprobar cómo la población más vulnerable al consumo de dichos fármacos son las mujeres adultas, entre las que se pueden destacar las amas de casa y ancianas. Esto nos da a entender que el nivel educativo es un factor de riesgo a padecer depresión. Todo esto puede ser causado por la monotonía en la que se basan sus vidas, la soledad que muchas de ellas sufren debido al gran número de horas que pasan en sus hogares o incluso al hecho de anteponer el cuidado de los demás al suyo propio. (1)

Por un lado, centramos el foco en los adolescentes. Ellos consumen estos fármacos con más frecuencia en los últimos años. La mayoría de las veces viene achacado a la presión y aprobación social con la que muchos de ellos conviven o también a los cambios y sus consecuentes adaptaciones en esta edad. (5)

 

Como conclusión recalcamos porqué desde un principio hemos visto importante reflejar que la depresión y su tratamiento son uno de los principales problemas en la sociedad actual. Teniendo como objetivo principal lidiar con el estigma que supone reconocer antes nuestro entorno el consumo de antidepresivos. La sociedad asocia la toma de los antidepresivos a tener un trastorno. El tratamiento no es un capricho. Sin embargo, debemos luchar para que el paciente reciba apoyo durante este proceso y que finalmente su entorno rompa ese prejuicio y se haga una nueva asociación: tomar antidepresivos significa que la persona está en un tratamiento, que ha reconocido que tiene un problema y que ha buscado ayuda.  Sin embargo, hay que recalcar nuevamente que hay solución, no únicamente basada en la prescripción de fármacos, sino también combinada con la ayuda de los profesionales sanitarios, donde mediante su escucha activa, presencia y seguimiento desde el inicio, pueden ser de gran ayuda en el proceso.  

 

Crítica consumo de antidepresivos en España

https://www.youtube.com/watch?v=VkW7ZEVsHFQ .

En este video el doctor Pedro Cavadas explica el exceso de fármacos antidepresivos que se da en todo occidente, así como el erróneo diagnóstico que hay en la depresión y sus tipos, provocando así una posible dependencia a dichos psicotrópicos completamente evitable. 


Autores:

Valentín Aibar Hiruelas

Álvaro Alcántara Hidalgo

Ana Borrego Navarro

Paula Cabello Díaz

Christian Cana Vázquez

Isabel Collado Ruiz

Jorge Espada García

Marina Fernández Vera

Javier Godoy Díaz

Adriana Guerrero Hueso

Yasin Lakhal Ennaji

Marta Lara López

Gabriel Librero Gallardo

Paula López Muñoz

 

Bibliografía

1. Arrarás JI, Manrique E. La percepción de la depresión y de su tratamiento. Anales Sis San Navarra  [Internet]. 2019  Abr [citado  2022  Dic  10] ;  42( 1 ): 5-8. Disponible en:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272019000100001&lng=es.   Epub 21-Oct-2019.  https://dx.doi.org/10.23938/assn.0591. 

2. Carmona Calvo J, García-Cubillana de la Cruz P, Millán Carrasco A, Huizing E, Fernández Regidor G, Rojo Villalba M, et al. III Plan Integral de Salud Mental de Andalucía 2016-2020 [Internet]. 2016. Disponible en: https://www.sspa.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/sites/default/files/sincfiles/wsas-media-pdf_publicacion/2021/III-PISMA_041016.pdf 

3. Expósito Duque V, Ibáñez Jiménez B, López Díaz A, Panero Hidalgo P, Vázquez Márquez M, et al. ANTIDEPRESIVOS: selección y deprescripción [Internet]. 2022. Disponible en: https://www.sspa.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/sites/default/files/sincfiles/wsas-media-mediafile_sasdocumento/2022/Antidepresivos_Definitivo_25-03-2022.pdf 

4. Gómez Escalante B. El cuidado de enfermería en los pacientes con consumo de psicofármacos. Cantabria: Universidad de Cantabria, Grado en Enfermería (2019). Disponible en: https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/16486/GomezEscalanteBeatriz.pdf?sequence=1&isAllowed=y 

5. González Lugo S, Pineda Domínguez A, Gaxiola Romero J. C.  Depresión adolescente: factores de riesgo y apoyo social como factor protector. Universitas Psychologica [Internet]. 2018;17(3):1-10. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64755358008 

 

Anexos

1.     El consumo de medicamentos para la ansiedad registró en 2020 la cifra más alta de la última década | Civio [Internet]. [citado 12 de noviembre de 2022]. Disponible en: https://civio.es/medicamentalia/2021/04/30/el-consumo-de-medicamentos-para-la-ansiedad-registra-la-cifra-mas-alta-de-la-ultima-decada/ 

Comentarios

  1. Grupo B1.1

    Al leer este artículo, nos damos cuenta de cómo la depresión a día de hoy sigue estando rodeada de numerosos estigmas, los cuales nos obligan a querer ocultarla o denominarla no por su nombre, sino por eufemismos, cómo tristeza o desgana. Esto nos lleva a comprender el gran impacto que supone para una persona no solo reconocer que padece un trastorno mental tan prejuicioso cómo la depresión, sino también aceptar que necesita medicarse para solventarlo.

    Todo ello podemos verlo reflejado en el testimonio del principio, donde la persona nos comunica el temor que produce que te medicalicen por los numerosos mitos que corren alrededor de estos fármacos, nos ha parecido muy acertado cómo la persona va desdoblando estos mitos y nos va enseñando cómo al fin y al cabo es un medicamento más. Igual que no nos avergonzamos de tratarnos una diabetes o una arritmia, no nos debería de atemorizar que las personas sepan que tenemos un trastorno mental y usemos las herramientas que tenemos a nuestra disposición para solucionarlo, puesto que este miedo poco a poco se va convirtiendo en alivio y bienestar para nosotros.

    Si para una persona adulta tener un trastorno mental y medicarse es una razón para tratarlo con sigilo y secretismo, para un adolescente que está comenzando su etapa de crecimiento personal y a hacerse un hueco en la sociedad, de la cual recibe juicios continuamente, es más difícil. Tal y cómo dice el artículo, esto los lleva a convivir con una presión que les crea la necesidad de buscar ayuda para poder sobrellevarlo. Nosotros queremos recalcar la fragilidad de este tema en este grupo de edad, puesto que tal y como se ha desarrollado la sociedad de hoy en día con la influencia de las tecnologías, los jóvenes utilizan el alcohol cómo medio de socialización. Atendiendo a la delicadeza de combinar los antidepresivos con el alcohol, los adolescentes se ven envueltos en una situación que requiere una cierta madurez que normalmente no tienen aún, creándose así un enfrentamiento entre medicarse o seguir el ritmo que la sociedad impone.
    Nosotros cómo personas que hemos estado en este grupo de edad hace poco, ¿cómo hubieseis gestionado el uso de fármacos antidepresivos con la manera de socialización basada en el consumo de alcohol?

    Recalcar por último que nos ha gustado mucho cómo se insiste en la eficacia de la combinación de fármacos y terapia, debido a que es algo que en numerosas ocasiones se reduce a una sola forma de tratamiento. También destacar nuestra labor en la parte de terapia pudiendo ser nosotros un gran apoyo en la evolución del paciente y la importante labor de detectar e iniciar la ayuda necesaria.

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  2. Hemos escogido esta entrada al blog porque nos parece un tema muy interesante, que, afortunadamente, se está visualizando cada vez más bajo nuestro punto de vista. Aunque queda un largo camino para que las enfermedades mentales dejen de estar tan estigmatizadas por la sociedad, pensamos que poco a poco lo vamos logrando. Y, dentro de ellas, una de las más conocidas y abordadas es la depresión.
    Con el paso de los años, tanto el diagnóstico como el tratamiento farmacológico de la depresión han ido en aumento, así como ha incrementado el rango de edad de los pacientes que la padecen. Por otro lado, se reporta un mayor número de ambos en la población femenina. Todo ello se asocia a factores socioculturales, pero no debemos dejar de lado que, posiblemente, esto también sea un reflejo del sobrediagnóstico de patologías mentales y una probable medicalización de la salud mental en mujeres.
    El vídeo de la entrevista al doctor Pedro Cavadas, nos ha hecho reflexionar acerca de la importancia de diagnosticar este trastorno cuando realmente se sufre, y no cuando una persona quizás está pasando por algún momento complicado (y seguramente muestre síntomas depresivos), tal y como él expresa: “La diferencia entre estar triste y una depresión es de 180º”.
    Nuestra opinión es que, antes de abordar la depresión con fármacos, hay que intentar tratarla con otras medidas no farmacológicas como la psicoterapia y no caer en el error de medicar a una persona para tratar de corregir una modificación en su estado de ánimo que no es patológica.

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    1. Esta entrada nos ha parecido especialmente interesante, ya que la toma de antidepresivos es sin duda víctima de un estigma social. Se piensa que la persona que los toma es menos fuerte, rara, y más adjetivos con connotaciones negativas. Esto, en nuestra opinión, afecta a su efectividad global, ya que este pensamiento social debe de aumentar los sentimientos de culpa y de duda de ellos mismos. ¿Por qué debería alguien, como ocurre en numerosas ocasiones, sentirse forzado a mentir sobre ese aspecto de su vida por la presión social? No siempre nos paramos a pensar lo que puede significar para las tantas personas, entre ellas niños y adolescentes, lo que significa esto para ellos.

      Además, las personas tienden a tener una imagen distorsionada de los usuarios de antidepresivos, ya que se piensa que el tomarlos hace que estén evadidos de la realidad, y que afecta a su funcionalidad en el día a día. Se cree que no son dueños de sí mismos, que son adictos, cuando no tiene por qué ser así en absoluto. En nuestra opinión, lo importante es llevar un seguimiento adecuado por parte del profesional.

      En definitiva, nos parece un tema necesario a tratar, tanto para los consumidores de estos fármacos como para los demás. Esperamos que algún día se pueda decir que estás tomando antidepresivos con la misma tranquilidad con la que se dice cuando estás tomando antibióticos. Entonces, estaremos mucho más cerca de eliminar el estigma.
      Grupo A2.2.

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  3. Esta entrada nos ha parecido especialmente interesante, ya que la toma de antidepresivos es sin duda víctima de un estigma social. Se piensa que la persona que los toma es menos fuerte, rara, y más adjetivos con connotaciones negativas. Esto, en nuestra opinión, afecta a su efectividad global, ya que este pensamiento social debe de aumentar los sentimientos de culpa y de duda de ellos mismos. ¿Por qué debería alguien, como ocurre en numerosas ocasiones, sentirse forzado a mentir sobre ese aspecto de su vida por la presión social? No siempre nos paramos a pensar lo que puede significar esto para las tantas personas, entre ellas niños y adolescentes, que los toman.

    Además, las personas tienden a tener una imagen distorsionada de los usuarios de antidepresivos, ya que se piensa que el tomarlos hace que estén evadidos de la realidad, y que afecta a su funcionalidad en el día a día. Se cree que no son dueños de sí mismos, que son adictos, cuando no tiene por qué ser así en absoluto. En nuestra opinión, lo importante es llevar un seguimiento adecuado por parte del profesional.

    En definitiva, nos parece un tema necesario a tratar, tanto para los consumidores de estos fármacos como para los demás. Esperamos que algún día se pueda decir que estás tomando antidepresivos con la misma tranquilidad con la que se dice cuando estás tomando antibióticos. Entonces, estaremos mucho más cerca de eliminar el estigma.
    Grupo A2.2.

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  4. La depresión es uno de los problemas de salud mental a los que más voz se le ha dado y, pese a que aún exista mucho estigma y rechazo al respecto por parte de algunos sectores, poco a poco empieza a verse cada vez más como un problema normal que debe ser tratado.
    A pesar de todo, quizás la forma de afrontar la enfermedad no haya progresado al mismo ritmo que su aceptación, ya que, como bien se expone en esta entrada, el número de personas que recurren a antidepresivos como única vía terapéutica (en ocasiones incluso sin prescripción médica) sigue siendo muy elevado. Esto al final no deja de ser un grave error; pongamos el ejemplo de una persona con una apendicitis que, en vez de ir al médico, decide que es buena idea tirar de analgésicos y esperar que se le acabe pasando. ¿Verdad que lo vemos una insensatez? Pues de la misma forma, recurrir a los antidepresivos como forma de “curar” la depresión, no hace mas que paliar los síntomas sin atacar la raíz.
    Desde mi experiencia personal, he podido conocer a lo largo de mi vida varias personas con problemas de depresión que tomaban medicación para esta y no iban a terapia porque “es una pérdida de tiempo” o “no me ayuda nada”, y ver como su condición no mejora, si no sigue empeorando. Resulta bastante duro ver como personas que aprecias quieren realmente se esfuerzan en luchar contra un problema, pero o bien no tienen o no comprenden las herramientas que deben usar contra este. Considero que es el deber de, ya no solo cualquier profesional de la salud, sino de cualquier persona en el círculo de alguien con depresión, tratar de hacerle ver que la mejoría real de un trastorno que drena tan drásticamente la vida pasa por ponerse en las manos de un profesional y confiar en este.
    Considero que es muy interesante que esta entrada haya decidido hablar sobre este punto en específico, ya que es muy común que ocurra especialmente en gente joven, que pueden tener expectativas irreales sobre cómo van a mejorar; o personas con bajos recursos que no pueden permitirse terapia. Conocer el problema es de los primeros pasos para encontrar una solución
    .
    Ángel de Lara Montávez B1.2

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  5. Esta entrada de blog nos ha parecido muy interesante y de especial relevancia, ya que trata acerca de un tema muy popularizado pero muy poco hablado por todos los estigmas que trae como sería la depresión. Se está viendo que este trastorno, a medida que pasan los días, se vuelve una patología cada vez más frecuente en la población y, pese a ello, nos sigue dando miedo hablar o admitir que la padecemos o la hemos padecido.
    Nos parece muy profundo el testimonio del principio ya que hace una profunda reflexión de su experiencia y de la situación en la que se encuentra esta patología. Cabe destacar el uso de ciertas expresiones en el testimonio como "caer en manos de profesionales" o "te da miedo porque piensas que vas a vivir drogado en un mundo de colores", expresiones que reflejan la tan mala imagen que tienen todo este tipo de tratamientos para la sociedad y que, gracias a personas como la de este blog que comparten su vivencia, esperemos que cambie con el paso de los años.
    Por otro lado, nos parece muy importante que se hable también sobre los grupos de riesgo más vulnerables al uso de estos fármacos como serían las amas de casa, las ancianas y, en especial, los jóvenes, ya que esto habla mucho de la sociedad en la que nos encontramos, una sociedad en la que el avance es cada vez más acelerado y las exigencias son cada vez mayores, lo cual llega a provocar que una gran parte de la sociedad se vea obligada a recurrir a la toma de estas sustancias y, en muchas ocasiones, en secreto para que los demás no puedan pensar mal de ella.
    Para finalizar, nos gustaría destacar la mención que hace el blog al papel de la enfermería en la resolución de este problema, ya que estamos acostumbrados a pensar que solo los psicólogos o psiquiatras son los responsables de solucionar esto y no le damos importancia al trabajo multidisciplinar por diferentes profesionales de diversas categorías para solucionar esto. Al final, el incremento de la toma de antidepresivos es un problema que nos afecta a todos y, si queremos solucionarlo, debemos de dejar los prejuicios a un lado para que se puedan llevar a cabo otras formas de terapia como la psicoterapia y este problema no vaya a más en un futuro no muy lejano.

    Grupo A 3.1

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