IDENTIFICACIÓN DEL RIESGO DE SUICIDIO: “Las redes sociales más allá del mero entretenimiento”
El suicidio ha sido una cuestión muy cuestionada desde los principios de la historia siendo numerosos los puntos de vista: desde pensar que era algo terrible y/o un pecado hasta clasificarlo como un hecho favorecedor para la persona (como ocurría en la antigüedad en algunas tribus). El término no se acuña hasta hace unos pocos siglos. Sin embargo, en la actualidad surgen diversas expresiones que se vinculan entre ellas: ideación suicida, comunicación suicida y acto suicida1,2.
A día de hoy, el suicidio se ha convertido en un problema de salud pública2, estimándose que, cada 40 segundos una persona consuma el suicidio en alguna parte del mundo y, que cada 3 segundos3 alguien lo intenta. En 2020, sólo en España perdieron la vida por suicidio un total de 3.941 personas; mientras que en Andalucía el suicidio se sitúa en primer puesto con un total de 807 casos entre hombres y mujeres,4.
El suicidio es, según la Organización Mundial de Salud, la 4ª causa de fallecimiento en jóvenes entre 15 - 19 años6. Al ser considerado un problema a nivel mundial, se están llevando a cabo programas para su identificación y prevención2,7, habiéndose establecido como uno de los objetivos 2030, la reducción de las estadísticas relacionadas con este fenómeno7.
La relación entre el suicidio y las redes sociales
El acceso a las nuevas tecnologías parece ser un factor de riesgo a tener en cuenta en el acto, ideación y, planificación suicida. El incremento del uso de las redes sociales se asocia directamente con mayores tasas de ansiedad, consumo de sustancias y comportamiento antisocial, favoreciendo las conductas autolesivas. Surge entonces el término “Cibersuicidio”, referido como suicidio potenciado por, entre otros factores, las redes sociales8.
A pesar de lo anterior, dichos medios a los que tiene acceso cualquier persona presentan impactos ambivalentes. No solo ejercen un efecto negativo o de riesgo, sino que también sirven como red de apoyo o factor protector para personas que están en proceso de superación o que ya lo han superado, promoviendo la prevención de dichas conductas9.
¿Se puede identificar el riesgo de suicidio a través de las redes sociales?
Dado el extensivo uso de las redes sociales, uno de los objetivos de los profesionales de la salud es la identificación del riesgo de suicidio a través de publicaciones en este tipo de plataformas.
Un estudio realizado en 2020 recoge que, a través de las redes sociales, las expresiones de sentimientos, la utilización de la primera persona del singular, la mención de aspectos relacionados con la salud y la biología humana, y la falta de interés por cuestiones como el dinero y el trabajo son temas que se ven mayormente potenciados en las personas que presentan riesgo de suicidio10.
De la misma forma, se ha construido un modelo denominado “Artificial Neural Network” basado en patrones comunicativos, en el cual se demostró que las características textuales de publicaciones de Facebook o Twitter predicen el riesgo de suicidio. El contenido analizado confirmó que las predicciones no se basaban en temas explícitos relacionados con el sujeto, sino con un conjunto de características del texto11. También se han llevado a cabo análisis de aplicaciones y sitios web para la identificación de dicho riesgo en base a un algoritmo12.
Otras investigaciones sugieren que, de alguna forma, las personas manifiestan en las redes sociales su deseo a través de publicaciones o mensajes que contienen términos como: “estoy mejor muerto”, “suicidio”, “cortarme las venas”, “ahorcarme”, “ya no me queda nada”13.
Además, existen ciertos comportamientos relacionados con el uso de redes sociales y nuevas tecnologías que pueden ser “alarmas” de la presencia de ideas suicidas14:
- Nomofobia: miedo a no tener acceso al móvil.
- Síndrome de la llamada imaginaria: pensar que ha recibido una llamada o mensaje cuando no ha ocurrido.
- Cibermareo: mareo con el uso de aparatos electrónicos.
- Depresión del Facebook: malestar por la escasa o excesiva cantidad de amistades por redes, comparándose con otras personas.
- Dependencia de Internet: máxima necesidad de estar vinculado a Internet.
- Cibercondría: sentimiento de padecer una enfermedad que ha visto por Internet.
- Síndrome del doble check (WhatsApp): trastorno ocasionado por la ausencia de respuesta por parte de la persona con la que se habla, sabiendo que esta está en línea.
Aunque existan indicadores de posible riesgo, no se han encontrado intervenciones enfermeras vinculadas al buen uso de las redes sociales para evitar el suicidio, por eso se utilizan aquellas relacionadas con el suicidio en general14.
Como recursos para la población,existe una plataforma nacional que promueve la prevención del suicidio a nivel general y ofrece recursos tales como un número de teléfono durante las 24 horas del día (número: 024). Dichos recursos son accesibles no solo para aquellas personas que se encuentran en riesgo, sino también para los profesionales sanitarios.
¿Conoces el vaguebooking?
Recientemente se ha introducido un nuevo concepto, el Vaguebooking, que hace referencia a las publicaciones redactadas de forma que llamen la atención o generen preocupación a otros usuarios, sin proporcionar una información real y clara15.
En general, el uso de las redes sociales es un mal predictor de problemas de salud mental y preocupaciones; sin embargo, el Vaguebooking es una excepción, ya que predijo la soledad y los pensamientos suicidas. Por tanto, puede servir como factor identificador del riesgo de suicidio15.
Una pequeña reflexión
Los profesionales de la salud cada vez tienen mayor conciencia y responsabilidad acerca de la identificación y prevención del suicidio, aspectos que deberían extrapolarse a toda la población.
Actualmente, estos utilizan distintas redes sociales como Instagram, Twitter o TikTok para interactuar con los usuarios. Se lanzan preguntas al aire de forma anónima sobre cualquier tema, entre ellos, el suicidio y se resuelven dichas dudas públicamente. Esta información puede llegar a personas con ideación suicida que usen las redes sociales, generando un medio de escape y protección.
Los resultados de los estudios obtenidos muestran cómo podemos identificar el riesgo de suicidio mediante modelos de procesamiento del texto, es decir, se analizan las palabras en las publicaciones, pero es indispensable primar el juicio de profesionales sanitarios.
Aunque anteriormente se han comentado posibles formas de detectar el suicidio a través de las redes sociales, costará introducirlas en las intervenciones realizadas por enfermeras en hospitalización o Atención Primaria debido a la actual ausencia de recursos y formación.
Aun así, la identificación del suicidio mediante redes sociales genera controversia, porque al analizar las publicaciones y contenidos virtuales de los usuarios, podríamos estar invadiendo su privacidad, y esto sería un aspecto ético a tener en cuenta10,11,12.
A pesar de esta dificultad, el suicidio es un problema de salud pública a nivel mundial, por lo que todos debemos intervenir en su detección y prevención. Aunque se han visto algunas formas de identificar el riesgo de suicidio, no contamos con las herramientas suficientes para intervenir ante esta situación. Por ello, ¿propones alguna idea para la identificación del suicidio a través de las redes sociales?, ¿piensas que su detección es algo realmente difícil?
AUTORES
Inmaculada Millán López.
Gracia Pamela Moreno Rueda.
Silvia Pérez Núñez.
Patricia Pino Verdú.
María Ramos Vílchez.
Álvaro Emilio Rodríguez Claros.
Marta Romero Gómez.
María del Mar Ruiz Gómez.
Sandra Sánchez González.
Marina Sepúlveda Prieto.
Laura Torres Gómez.
Laura Torres Montañez
Andrea Torres Ruiz.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Blanco C. El suicidio en España. Respuesta institucional y social. Rev Cien Soc. 2020;33(46):79-106.
2. Fonseca-Pedrero E, Pérez de Albéniz A. Evaluación de la conducta suicida en adolescentes: a propósito de la Escala Paykel de Suicidio. Pap Psicol. 2020;41(2):106-115.
3. Organización Mundial de la Salud. Prevención del suicidio. Un instrumento para trabajadores de atención primaria de salud. [Internet]. Ginebra: OMS; 2000 [citado 21 de octubre de 2022]. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/INEC/INTOR/prevencion-suicidios-atencion-primaria-salud.pdf
4. INE: Instituto Nacional de Estadística [Internet]. España: INE; 2020 [publicado 10 de noviembre de 2021; citado 9 de octubre de 2022]. Estadística de defunciones según la causa de muerte. Suicidios por edad y sexo. Defunciones por suicidios. Resultados nacionales; [aprox. 1 pantalla]. Disponible en: https://www.ine.es/jaxi/Datos.htm?tpx=49948
5. INE: Instituto Nacional de Estadística [Internet]. España: INE; 2020 [publicado 10 de noviembre de 2021; citado 9 de octubre de 2022]. Estadística de defunciones según la causa de la muerte. Defunciones por suicidios. Resultados por comunidades y ciudades autónomas. Suicidios por comunidades y cuidades autónomas de defunción, sexo y edad; [aprox. 1 pantalla]. Disponible en: https://www.ine.es/jaxi/Datos.htm?tpx=49958
6. OMS: Organización Mundial de la Salud [Internet]. España: OMS; [publicado 17 de noviembre de 2021; citado 21 de octubre de 2022]. Salud mental del adolescente; [aprox. 6 pantallas]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health
7. OMS: Organización Mundial de la Salud [Internet]. España: OMS; [publicado 17 de julio de 2021; citado 9 de octubre de 2022]. Suicidio; [aprox. 4 pantallas]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
8. López-Martínez LF. Suicidio, adolescencia, redes sociales e internet. Norte de Salud Mental. 2020;17(63):25-36.
9. Zafra-Cremades S. Redes sociales para la prevención del suicidio juvenil. 3C TIC. 2019;8(2):54-69.
10. Ramírez-Cifuentes D, Freire A, Baeza-Yates R, Puntí J, Medina-Bravo P, Velazquez DA, et al. Detection of suicidal Ideation on social media: multimodal, relational, and behavioral analysis. J Med Internet Res. 2020;22(7):1-16.
11. Ophir Y, Tikochinski R, Asterhan C, Sisso I, Reichart R. Deep neural networks detect suicide risk from textual Facebook post. Sci Reps. 2020;10(1):1-10.
12. Coppersmith G, Leary R, Crutchley P, Fine A. Natural Language Processing of Social Media as Screening for Suicide Risk. Biomed Inform Insights. 2018;10(1):1-11.
13. Parrott S, Britt BC, Hayes JL, Albright DL. Social media and suicide: A validation of terms to help identify suicide-related social media posts. J Evid Based Soc Work. 2020;17(5):624-634.
14. Téllez Rey JM. Prevención del cibersuicidio. Papel de la enfermera. [Internet]. Cádiz: Universidad de Cádiz; 2018 [citado 9 de octubre de 2022]. Disponible en: https://rodin.uca.es/handle/10498/20678
15. Berryman C, Ferguson CJ, Negy C. Social Media Use and Mental Health among Young Adults. Psychiatr Q. 2018;89(2):307-317.
Realmente el suicidio se considera exclusivamente como una enfermedad? Personalmente pienso que existen varias maneras de que se produzca el suicidio, una es por enfermedad mental, ya que las personas con una salud mental deteriorada, a veces, tienen esos impulsos. Otra por no haber sido capaz de aguantar las adversidades de la vida y por último, estar sometido a una presión social, que ahí es donde entran las redes sociales, ya que generan en la persona una falta de autoestima y los vuelven fácilmente manipulable, exigiéndoles ser alguien que no son y llegando a provocarles una depresión que les evoque al suicidio. Existe un artículo publicado por The Wall Street Journal que habla sobre como las redes sociales influyen en la gente joven creando ansiedad, depresión y pensamientos suicidas, donde, influencers, famosos, deportistas y ricos presuman de cuerpo y estilo de vida dañando la autoestima de muchos usuarios. En general, las redes sociales son impunes a los riesgos que provocan y prefieren pagar multas millonarias a retirar los contenidos que hacen que los jóvenes tengan esos pensamientos suicidas. No sé si estará en manos de los sanitarios prevenir esos actos o pensamientos, pero lo que sí tengo claro, es que la educación es uno de los factores más útiles para paliar el problema con los adolescentes.
ResponderEliminarTexto anterior publicado por el grupo A1.1 y subido por Irene Malagamba Ruiz
EliminarPrimeramente, nos ha parecido un tema muy interesante a visibilizar porque, desgraciadamente, el suicidio es una de las causas de fallecimiento que sufrimos de forma más frecuente y las redes sociales son el foco directo de información y ocio de la mayoría de la sociedad
ResponderEliminarRealmente el problema de esta cuestión reside en cómo se usan las redes sociales. Como habéis comentado, juegan un doble papel, positivo cuando creamos en ellas redes de apoyo, sensibilizamos y apoyamos a las personas que tienen ideaciones suicidas, y negativo cuando las usamos para verter odio de forma irracional a las personas por el mero hecho de existir. Además de los nuevos métodos de detección de comportamientos suicidas que comentáis, tambien sería muy interesante que eduquemos a la sociedad en el respeto a otros, el apoyo positivo y un uso correcto de las redes sociales porque, la mayoría de veces, es donde reside el problema.
Son muy interesantes todos los conceptos que nos habéis compartido ya que como mucha información sobre este tema, están invisibilizados y la mayoría de personas no los conocemos.
Puesto que como enfermeras no tenemos una intervención específica a realizar lo más correcto es llevar a cabo promoción de la salud sobre el suicidio en toda la población ya que es un problema que vulnera a cualquier perfil de persona. Deberíamos estar formados en este campo con la mayor evidencia e información posible y entradas como ésta nos ayudan a ello.
GRUPO B2.1
ResponderEliminarA lo largo de la historia, el suicdio se ha convertido en un problema más común de lo que mucha gente piensa, obteniendo datos escalofriantes de la cantidad de personas que lo han realizado o pensado hacer.
Actualmente, las redes sociales, se han convertido en una de las principales causas de suicidio.
Estas, tienen múltiples aspectos positivos, como el acercamiento de las personas, fuente de conocimiento e información, te permite enterarte de lo que pasa en el mundo, y una gran y sobre todo, sencilla interacción con prácticamente quien quieras, además de encontrar un apoyo en grandes problemas como el suicidio, entre otros.
Como muchos aspectos en la vida, las redes sociales tienen una buena y una mala cara de la moneda. Desgraciadamente, se han convertido en un lugar en el que la mayoría de las personas muestran únicamente aspectos positivos de su vida, muchas veces hasta inexistentes, ocasionando así una gran envidia, que abunda de manera notoria, además del odio frecuente que reside en las redes.
Esta falsa faceta mostrada en las redes sociales, provoca que muchas personas pierdan toda o gran parte de su autoestima y de su amor propio, fruto de la presión social, desembocando a que en algunos casos, lleguen a aborrecer sus vidas y a ellos mismos. Además, a raíz del avance que se está realizando en la tecnología y redes sociales, han surgido nuevos síndromes y problemas como pueden ser la cibercondría y el síndrome de la llamada imaginaria.
Lamentablemente, muchísimas de estas personas desembocan en una depresión, la cual conduce al suicidio en frecuentes ocasiones, encontrando aquí el peor desenlace de la mala cara de la moneda.
Como conclusión, el epicentro del problema reside en la falta de una correcta y adecuada educación en el uso de las redes sociales, por lo que se debe conseguir que en ellas, se prime y se priorice el respeto y la educación. Para ello es fundamental que todo aquel que pueda colabore con su promoción, donde la enfermería podría tener un importante papel.
Cada vez el mundo avanza a pasos más agigantados y los cambios tecnológicos nos pillan más por sorpresa, teniendo menos tiempo para un aterrizaje suave y topándonos con muchos problemas. Uno de ellos es claramente la influencia que han tenido las redes sociales en el estado mental de sus usuarios, especialmente de los adolescentes, que pasan a estar expuestos a un nuevo mundo de comparaciones y perfeccionismo sin igual.
ResponderEliminarEl ser humano es por instinto una especie que busca sentirse importante, este es muchas veces un objetivo que inconsciente o conscientemente nos lleva a modificar nuestra conducta pública en función de lo que pensarán los demás, llevándonos a poner un filtro para dar la cara más aceptada y perfecta de nuestro ser. Esta actitud innata ha visto su máximo esplendor con la comunicación global e instantánea que han permitido aplicaciones como Instagram, donde sus usuarios, lejos de dar una perspectiva completa de su vida, postean únicamente los momentos más geniales con el filtro más embellecedor, haciendo que cualquier individuo que vea dicho post conciba la idea falsa de que la persona en cuestión tiene una vida genial.
Entonces, desde la perspectiva del usuario es normal sentir cierta inferioridad al ver que todo el mundo tiene una vida tan perfecta y la suya no lo es. A partir de aquí entra en juego la propia mentalidad de cada persona para lidiar con esta idea, en este caso, nos centraremos en aquellos que sucumben a la presión de la falsa idealización y acaban viendo el suicidio como única solución posible.
Considero que es interesante identificar algunos patrones de comportamiento en este grupo de personas, por ejemplo: fijarnos en el tiempo de uso de estas redes (ya que, si son un motivo para suicidarse, pasarán mucho tiempo en ellas), ver si siguen o dan like a perfiles divulgadores de tristeza u otra actitud negativa, siendo muy común cuentas no personales que se dedican a subir fotos o frases que coinciden con un estado de ánimo concreto... Estas ideas podrían abarcar a un grupo muy amplio de personas, por lo que nos podríamos fijar en otras señales que indiquen un riesgo mayor, como cambios bruscos en las horas de uso respecto a su tiempo medio, aumento repentino de publicaciones o descenso drástico, uso de palabras relacionadas con el suicidio, las autolesiones o el malestar en su contenido, disminución en la interacción con sus amigos o familiares frecuentes, comentarios en los que se usa un lenguaje que pueda ser un grito de ayuda... Y ya una vez que hemos identificado a la persona que parezca estar en riesgo de suicidio, creo que sería una buena idea que existiera un sistema para enviar mensajes automatizados a estos usuarios, para que les sea más fácil pedir ayuda si no saben cómo.
Sin embargo, pienso que la mejor forma de confirmar la sospecha de actitud suicida es mediante sus amigos más directos. La familia es un punto de apoyo incondicional fuerte pero muchas veces y sobre todo en la adolescencia, suele ser una línea de comunicación unilateral, en la que el joven no cuenta sus inquietudes más íntimas a los padres, los cuales son vistos como el enemigo. Por ello, suelen compartir su verdadera personalidad solo con sus amigos más cercanos y son ellos los primeros que notarían un cambio en su actitud.
NOELIA PELÁEZ SÁNCHEZ
Las estadísticas hablan por sí solas, y creo que la población en general no es consciente de que actualmente el suicidio es la primera causa de muerte externa en España, según datos sobre el suicidio en nuestro país, que han sido recogidos por el Instituto Nacional de Estadística. Pienso que muy poca gente se da cuenta del gran impacto de este fenómeno en nuestra sociedad, por ello, no solo deberíamos brindar ayuda a la persona con ideas suicidas, sino también a toda la población, educarlos y concienciarlos del daño que pueden hacer las palabras, enseñarles desde pequeños en el colegio a convivir con los demás siempre desde el respeto.
EliminarLa gran mayoría de estas muertes podrían ser prevenibles con ayuda en el momento adecuado. Además, el suicidio ya no es solo la muerte de una persona, sino el impacto tan devastador y el vacío tan grande que deja en las personas de su entorno, las cuales se enfrentan inesperadamente a una situación traumática, en la cual muchos de ellos se sentirán culpables por no haberse dado cuenta antes y no haber podido evitar ese final.
Creo que algo fundamental para poder ayudar desde el campo de la Enfermería, es que se creen intervenciones enfermeras que estén enfocadas exclusivamente al buen uso de las redes sociales, para así poder evitar el suicidio. En estos casos de sospecha de un posible suicidio, pienso que las enfermeras podríamos servir también de enlace para que el usuario pueda contactar con psicólogos o incluso psiquiatras si los necesita.
Para concluir, me gustaría hablar sobre la existencia de una campaña británica muy interesante llamada “La última foto”, la cual muestra que el suicidio no es siempre como todos pensamos. Es una exposición de 50 fotos en las cuales se muestran a personas felices y sonriendo, en su cumpleaños, graduación, con su familia o amigos… Tras esta máscara de felicidad se encuentra la terrible realidad, son las últimas fotos que dichas personas se hicieron antes de decidir acabar con sus vidas. Os recomiendo a todos que le echéis un vistazo a la campaña, para que os deis cuenta de que los suicidas no siempre son personas tristes u oscuras, sino que muchos de ellos tienen una vida aparentemente feliz, con gente que los quiere y todo parece irles bien.
En definitiva, este es un problema muy real en la actualidad y es necesario darle la importancia que se merece, hay que hacer una labor de concienciación sobre la ‘irrealidad’ de la imagen que dan las personas en las redes sociales y me alegra ver que fenómenos como Goblin Mode se ponen de moda. En él, los usuarios reivindican dar una visual despreocupada y completa de nuestro ser, rechazando las expectativas sociales sin preocuparse por la propia imagen, para así poder evitar las comparaciones que tanto daño hacen a nuestra salud mental.
NOELIA PELÁEZ SÁNCHEZ