Trastorno de Identidad Disociativa

 INTRODUCCIÓN 

Aproximadamente el 20% de la población de Europa padece alguna enfermedad mental, y una de cada cuatro personas protagoniza algún episodio que afecta a la salud mental a lo largo de su vida. En nuestro país alrededor del 19,5 % de la población presenta algún tipo de trastorno mental (1). 

Entre todos los trastornos de la salud mental hemos decidido abordar el Trastorno de Identidad Disociativa (TID), o también conocido como trastorno de personalidad múltiple. Está ubicado en el CIE-10, capítulo V, Código F44.8. (2). 


En el TID, los síntomas principales incluyen amnesia, desrealización y confusión y/o alteración de la identidad, de forma tanto aguda como crónica, pudiendo aparecer también diversos trastornos como amnesia y fuga disociativa. Las personas con este tipo de trastorno crean personalidades o identidades diferentes que en la mayoría de los casos pueden estar marcadas por algún suceso traumático. Ellas sienten la presencia de dos o más personas que dirigen su cabeza. Cada identidad puede tener un nombre, una historia y características únicas; diferenciadas por la voz, género, tratos e incluso por rasgos físicos (3). 

Estos individuos pueden desarrollar TID como forma de manejar los problemas que presenten. Mayormente este trastorno se da en niños que han sufrido abuso sexual o maltrato emocional y/o físico durante un extenso tiempo; también, aunque con menos frecuencia, a un entorno doméstico espantoso o muy impredecible. Alguna de las complicaciones que puede conllevar son autolesiones, pensamientos suicidas y depresión (3). 




CASO REAL 


Vemos conveniente exponer un caso para así mostrar la realidad del trastorno que estamos abordando y comprender mejor sus manifestaciones. Tras hacer una búsqueda exhaustiva de casos reales sobre TID, hemos encontrado uno en YouTube que refleja la historia personal de una chica llamada Robin que sufre dicho trastorno (4). 

Robin es una chica que con 8 años comenzó a tener algunos síntomas de los mencionados con anterioridad. Explica que su ambiente doméstico era pésimo ya que la relación con su madre no era buena y afirma que esto le hacía sentir cada vez peor. Su madre era muy estricta y no le dejaba salir nunca de casa, pero una vez le dejó quedarse en casa de una amiga a dormir. Robin, muy contenta y entusiasmada, se dirigió a casa de su amiga. Cuando llegó, relata que comenzó a tener comportamientos extraños, tenía mucha ansiedad, no se sentía ella misma, ni siquiera recordaba cómo 

había llegado hasta allí. Estos episodios se repitieron bastante sobre todo en su propia casa. 

Ella no comprendía nada de lo que le pasaba, lo intentaba mantener en secreto por miedo a que la tratasen diferente. Su madre comenzó a sospechar por sus diferentes formas de actuar y entonces decidió dedicarle mayor atención, pero Robin intentaba ocultárselo. Finalmente tuvieron una conversación, Robin se sinceró acerca de lo que le estaba sucediendo y su madre la llevó a varios terapeutas. 

En las sesiones le hacían hablar de sus miedos y de la relación con su madre. Le diagnosticaron el trastorno de identidad diferida y los profesionales que la trataron le recomendaron que debía encontrar un equilibrio, que hablara con sus alter ego (sus diferentes personalidades) para frenar las amnesias, siendo consciente siempre de su trastorno. 

Robin refleja que una vez que asumió el trastorno que padecía aceptó su primera identidad, SCAR, y entendió que el resto de las amnesias eran otras identidades. Ella refleja tres identidades que dominan su personalidad dependiendo del momento: 

  • SCAR: Sale para afrontar el trauma de la relación con su madre. 
  • ELLIE: Refleja a una niña de 8 años caprichosa, que solo está cómoda cuando juega con otros niños. 
  • STACEY: Identidad que se manifiesta cuando está con sus amigas, el alma de la fiesta, y es una persona social. 

Robin entendió todo lo que sentía y sucedía en su cabeza cuando asumió la clase de trastorno que tenía. Hoy en día hace vida normal y tiene el control de las identidades, sabiendo cuándo hacerlas ver o no a los demás. 




CUIDADOS 


En el caso de estos pacientes, el plan de cuidados es complejo, puesto que pretendemos que sean capaces de asumir y entender su trastorno con el fin de acabar con las lagunas de memoria al crear una conciencia en base a las disociaciones de personalidad pertinentes. Para realizarlo, tendremos en cuenta la recogida de datos basado en el Modelo de Virginia Henderson y la taxonomía NANDA, NOC y NIC (1). 

Para establecer nuestro plan, además, deberemos contar con otros profesionales en una atención coordinada que se basará en diferentes intervenciones multidisciplinares, según la Guía de Práctica Clínica de Intervenciones Psicosociales en el Trastorno Mental Grave (TMG) (5): 

  • Psicológicas: Se abordarán desde varios frentes, como son las terapias cognitivo – conductuales, terapias interpersonales, intervenciones familiares, intervenciones psicoeducativas y rehabilitación cognitiva. 
  • Sociales: Con la puesta en marcha de programas de habilidades para la vida diaria, programas residenciales, programas de ocio/tiempo libre, programas programas de capacitación y empleo y otras intervenciones terapéuticas. 
  • a nivel de Servicios: en centros de día, de salud mental, etc. 
  • con Subpoblaciones Específicas: Incluyendo a personas con diagnóstico final, aquellas “sin hogar” y las que poseen un nivel intelectual bajo y/o discapacidad mental. 

Para ello, se pueden llevar a cabo las siguientes acciones (2, 4, 6): 

  • Ayudar al paciente a poder identificar el problema, para así poder comenzar a tratarlo. 
  • No rechazar lo que el paciente siente; validar sus sentimientos en todo momento para que no se sienta diferente y logre abrirse al profesional. 
  • Favorecer el diálogo desde un primer momento, sobre todo si está sufriendo una crisis, para comprender por lo que está pasando y animar a que hable con el personal siempre que lo necesite. 
  • Ayudarle a identificar los sentimientos para poder llegar a controlarlos y ponerle solución a aquellos que sean negativos para el paciente. Mostrarle en todo momento que está siendo tratado sin prejuicios y con empatía, evitando interrumpirle cuando nos habla. 
  • No olvidar todas aquellas actuaciones básicas como el tratamiento farmacológico, el control de los efectos adversos y/o vigilar el ambiente ante posibles peligros. 
  • Estudiar con el paciente aquellas áreas de esperanza en su vida como la opción de optar a un puesto de trabajo concreto o la mejora de las relaciones interpersonales como incentivo para su colaboración en la realización del plan de cuidados. 
  • Dar en todo momento mensajes claros comprobando que está comprendiendo lo que se le dice o aconseja. 
  • El trauma debe ser tratado de raíz, pero con un abordaje lento dividido en varias sesiones para no desencadenar un episodio causado por el recuerdo de este. 
  • Las sesiones deben ser totalmente abiertas con el paciente, no se debe disfrazar la verdad; hay que ser sinceros con él en todo momento. 
  • Durante las sesiones habrá que mostrarle el progreso con respecto a la sesión anterior, de esta manera se facilita una motivación para continuar porque pueden no ser conscientes de que con cada sesión están progresando. En este trastorno no se busca “curar” en sí, sino enseñarle a aceptarlo como una parte de este, para evitar así los episodios de amnesia, lo que ayudará a la hora de tratar el trastorno en profundidad. 
  • Determinar el riesgo que tiene el paciente de autolesionarse, para ver si sería necesario su ingreso en un unidad de hospitalización. 
  • Enseñar al paciente a detenerse y a pensar antes de que este tenga un comportamiento compulsivo, para que pueda, de manera independiente, identificar las acciones posibles en una crisis y elegir entre ellas la más beneficiosa. Para ello se pondrá en práctica un control de la respiración y una relajación muscular progresiva con el fin de controlar los episodios más explosivos. 
  • Finalmente, es necesario ampliar los mecanismos de resolución de problemas con los que cuenta el paciente como, por ejemplo, no perder los nervios en las situaciones más descontroladas, utilizar siempre la razón para no actuar de forma impulsiva y tener claro el objetivo a conseguir. 


CONCLUSIÓN 


A la hora de tratar a este tipo de pacientes debemos tener siempre en cuenta que debemos estar preparados para ceder, puesto que necesitarán de un tratamiento lento y probablemente no irá como nosotros esperamos desde un primer momento. Es por ello por lo que necesitamos comprender que habrá diferencias y situaciones que se escapen a nuestro control, pero debemos estar preparados para aceptarlas y, si no son lesivas para el paciente o no retrasan de gran manera su mejoría, tolerarlas. También debemos procurar proporcionar una continuidad en los cuidados, con un equipo multidisciplinar compuesto por profesionales sociosanitarios, que integren todas las intervenciones necesarias para la puesta en marcha de la recuperación del bienestar biopsicosocial de la persona afectada.


Autores:

Assunçao Ocampo, Cristina
Ayala Badillo, Nuria
Caro Rubio, Celeste
Cortés Ramírez, Sara
Flórez Lara, Raquel
González Rodríguez, María
Romero Andrades, Paula



BIBLIOGRAFÍA 

1. Médicos P. Caso clínico: cuidados de enfermería en paciente con trastorno disociativo y trastorno de la personalidad [Internet]. Revista- portalesmedicos.com. 2020 [citado el 2 de diciembre de 2021]. Disponible en: https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/caso-clinico- cuidados-de-enfermeria-en-paciente-con-trastorno-disociativo-y-trastorno-de- la-personalidad/ 

2. CIE-10 [Internet]. Icdcode.info. [citado el 2 de diciembre de 2021]. Disponible en: https://icdcode.info/espanol/cie-10/codigos.html 

3. Mayo Clinic. «Trastornos disociativos - Síntomas y causas - Mayo Clinic». Accedido 29 de noviembre de 2021. https://www.mayoclinic.org/es- es/diseases-conditions/dissociative-disorders/symptoms-causes/syc-20355215 

4. Mi Historia Animada. «¡Tengo 3 Personas Diferentes Viviendo En Mi Cuerpo! - YouTube». Youtube. Accedido 29 de noviembre de 2021. https://www.youtube.com/watch?v=6CK8TNSNyE4 

5. Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica de Intervenciones Psicosociales en el Trastorno Mental Grave. Guía de Práctica Clínica de Intervenciones Psicosociales en el Trastorno Mental Grave. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social. Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud-I+CS; 2009. Guías de Práctica Clínica en el SNS: I+CSI+CS Nº 2007/05 [consultado el 2 de diciembre de 2021]. Disponible en: https://portal.guiasalud.es/wp- content/uploads/2018/12/GPC_453_TMG_ICS_resum.pdf 

6. Psiquiatria.com. Un caso clínico de Trastorno de Identidad Disociativo (TID) tratado con EMDR e ICV: una cierta integración (que para la paciente ha representado una experiencia vitalizante mayúscula) [Internet]. Psiquiatria.com. [citado el 2 de diciembre de 2021]. Disponible en: https://psiquiatria.com/tr_disociativos61/un-caso-clinico-de-trastorno-de- identidad-disociativo-tid-tratado-con-emdr-e-icv-una-cierta-integracion-que- para-la-paciente-ha-representado-una-experiencia-vitalizante-mayuscula/

Comentarios

  1. Teniendo en cuenta la baja prevalencia de este tipo de trastornos, entiendo que es poco probable que una enfermera se encuentre con una persona que lo sufra. Mi pregunta es, ¿por qué habéis elegido justo este trastorno? ¿qué creéis que aporta esta información a vuestras/os compañeras/os como futuros profesionales de enfermería?

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    1. La prevalencia del Tratorno de Identidad Disociativo está actualmente al alza debido al infradiagnóstico existente en el pasado. No obstante, al ser un trastorno ampliamente desconocido, y en muchos casos, estigmatizado, vemos necesario incluirlo en nuestra formación. El que haya un bajo número de personas que sufran TID, no significa que no existan.
      Estos pacientes y sus familiares se quejan de una atención deficiente, no comprenden lo que les ocurre, y los profesionales de enfermería deberíamos ser capaces de reconocerlo e intentar llevar a cabo un plan de cuidados específico para ellos, así como proporcionarles una continuidad de cuidados con un equipo multidisciplinar preparado y formado para poder tratarlos.

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  2. Nos ha parecido muy interesante vuestra aportación. Si bien hoy día tenemos una ligera idea de la sintomatología o comportamientos que pueden indicarnos que una determinada persona sufre de un trastorno mental, tales como la esquizofrenia, ansiedad, depresión, TCA, etc., es cierto que hay otro tipo de trastornos que quedan “ocultos”, que son más “desconocidos”, como es el caso del Trastorno de Identidad Disociativa. A veces tendemos a pensar que este tipo de patologías sólo aparece en el mundo del cine, por ejemplo en películas como Múltiple. Pero esto no es así, ocurren con mayor frecuencia de la que nosotros pensamos y puede desencadenarse en cualquiera de nosotros.

    En el caso real que habéis expuesto, se pone de manifiesto cómo Robin intentaba ocultar en un principio lo que a ella le ocurría por miedo al rechazo social, a ser tratada de distinta manera. Sin embargo, finalmente se sinceró con su madre y gracias fue que descubrió a su primer alter ego, SCAR. Esto último pone de manifiesto la importancia de afrontar y asumir la existencia de los trastornos mentales. Además, pensamos que esto no debió ser fácil para ella, en especial en estas etapas iniciales, donde no comprendía lo que le ocurría, el diagnóstico no estaba claro todavía y ella debía tener la sensación de poseer “varias personas dentro de sí misma”; cada una con sus gustos, opiniones, preferencias, valores, preocupaciones y rasgos característicos.

    En su caso, gracias a las terapias pudo desarrollar su autoconocimiento y su autocontrol para saber cuál de sus alter ego podría ajustarse a cada situación y cuando mostrar cada uno de ellos.

    También consideramos de gran importancia el que señaléis que la atención sanitaria a este tipo de pacientes ha de tener un enfoque multidisciplinar y centrada no sólo en las terapias psicológicas ni en el tratamiento farmacológico, sino que también van ser cruciales diversas intervenciones de índole social.

    En cuanto a las acciones a llevar a cabo para tratar con este tipo de pacientes, nos parece idóneo que expreséis que en estos casos será muy importante la escucha activa, la sinceridad, la aceptación, la libertad para la expresión de los sentimientos y preocupaciones del paciente, el tratar de eliminar poco a poco posible trauma existente que ha derivado a la aparición del trastorno, el fomento del autocontrol y del apoyo social y el hecho de comentar con el propio paciente su evolución, para así favorecer su motivación personal.

    Si seguimos pensando en que los pacientes con trastornos mentales, y en este caso, con trastorno de la personalidad múltiple, son peligrosos, violentos, agresivos o impredecibles (al no saber con cuál de sus personalidades actuará en determinado momento), y no somos tolerantes ni les proporcionamos el apoyo o atención personalizada e individualizada adaptada a sus necesidades y que necesitan, nunca nos libraremos de los estigmas, las etiquetas y los prejuicios que la sociedad tiene acerca de ellos.

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  3. Como bien se explica en el texto este trastorno es muy conocido popularmente, pero realmente no se entienden cuáles son sus consecuencias y síntomas, o en qué consiste. Consideramos que esto es debido, en muchas ocasiones, a la influencia de la ficción, ya sea en películas o programas de televisión, lo que genera un estigma y concepto erróneo que muchas personas entienden como verdadero, no únicamente con el diagnóstico TID, sino con muchos otros trastornos mentales. Por ello, es muy importante que se de repercusión a casos reales, y escuchar el testimonio de los que lo padecen, para así intentar clarificar algunos conceptos y desmentir algunos mitos.

    Cabe destacar estos dos ejemplos debidos a su popularidad. El primero de ellos es la película “Múltiple”; en ella se representa la historia de un hombre con TID en la que una de sus identidades es una bestia, lo que le lleva a secuestrar a chicas jóvenes. Además, empleaban cambios muy drásticos de personalidad para crear un mayor ambiente de terror. El segundo ejemplo es la conocida serie “La que se avecina”; uno de sus personajes padece este trastorno, y es por esto que se convierte en objeto de burlas y aislamiento en ocasiones por el círculo de vecinos. Sin embargo, él intenta explicar su trastorno, pero aún así no es comprendido por los demás.

    Como podemos ver, la imagen que crean en los ejemplos explicados no se asemejan a la realidad, dando incluso a entender que una persona que padece TID va a ser agresiva, incontrolable y violenta. Por esto, consideramos importante que se visibilicen casos como el de Robin, que reflejen la realidad de las personas con TID, para que el resto de personas, incluso su entorno, sean conscientes de las repercusiones que pueda llegar a tener, y no caer así en el estigma reflejado en la ficción. Asimismo, es importante que personas con este trastorno vean casos que se acerquen a la realidad para comprender su enfermedad.
    Grupo A.1.1

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    Respuestas
    1. María Rodríguez Fernández y Julio Ríos Guerrero (A.1.1)12 de enero de 2022, 10:48

      María Rodríguez Fernández y Julio Ríos Guerrero (A.1.1)

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