La salud mental y los desastres naturales

Introducción

A causa del aumento de la preocupación por el cambio climático y los desastres naturales ocurridos en los últimos años, nos preguntamos cómo puede afectar esto a nuestra salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud, un desastre es: "Un acto de la naturaleza de tal magnitud que da origen a una situación catastrófica en la que súbitamente se desorganizan los patrones cotidianos de vida y la gente se ve hundida en el desespero y sufrimiento. Como resultado de ello las víctimas necesitan víveres, ropa, vivienda, asistencia médica y de enfermería, así como otros elementos fundamentales de vida y protección contra factores y condiciones ambientales desfavorables" (1).



El impacto de los fenómenos naturales en la salud mental ha determinado que se considere un problema de salud pública tan importante como la salud física de los afectados (2).

Una de las principales causas del desarrollo de un problema de salud mental en estas situaciones es el desajuste del equilibrio diario de una persona como pérdidas económicas, migración forzada, cambios en la rutina… (3).


Reacción al desastre

En general cada persona reacciona ante el evento adverso de formas muy diferentes, aunque entre las principales conductas más comunes encontramos: el miedo a no controlar los sentimientos, el estrés, el abuso de consumo de sustancias, etc. Frente a estos eventos, la mayoría de los afectados conseguirá recuperarse, sin embargo, a una minoría le será muy complicado o incluso no lo lograrán, aun habiendo contado con apoyo profesional (1).




Factores psicosociales

La afrontación es diferente en cada persona, pero es cierto que hay algunos factores que predisponen a desarrollar una enfermedad mental a raíz de estos fenómenos.

Encontramos factores que dependen de la persona y otros que dependen de la situación catastrófica.

Factores sociodemográficos: (4,5)

● Sexo femenino.

● Nivel socioeconómico bajo.

● Nivel educativo bajo.

● Religión minoritaria.

● Enfermedad mental previa.

● *Niños y adolescentes (debido a que son más vulnerables por su sensibilidad biológica, capacidad de adaptación limitada…).

Aunque pensamos que tanto niños como adolescentes van a ser los menos afectados por este fenómeno, se ha determinado que pueden aparecer en ellos distintas secuelas psicológicas y que afectan al desarrollo físico, mental y social.

Además la mayoría de los niños no reciben el tratamiento necesario, por ello, tanto los padres como los profesionales sanitarios tenemos una importante función para tratar los trastornos que se puedan generar.

Factores circunstanciales: (1)

● Naturaleza del evento (intensidad, severidad, duración…).

● Muerte de un ser querido.

● Pérdida de bienes materiales.

● Exposición a una lesión física.




Consecuencias

El impacto en la salud mental provocado por situaciones de desastres suele pasar  desapercibido, por lo que se necesitan técnicas que permitan sistematizar el trabajo para reconocer los casos y tratarlos adecuadamente (1).

Entre los principales problemas y trastornos mentales que podemos observar se encuentran: ansiedad, suicidio o pensamientos suicidas, alteración del sueño, trastornos del estado de ánimo, reacciones de estrés agudo y postraumático, etc. Además, la persona puede no reconocerse a sí misma y no ser consciente de su propia identidad como consecuencia de la pérdida del lugar y las respuestas al duelo. Todos estos problemas mentales pueden persistir durante meses o incluso años (4).

Un claro ejemplo de cómo pueden afectar los desastres naturales (en este caso de origen meteorológico) a la salud mental es el acontecimiento de Puerto Rico y el huracán María en 2017. Partiendo de que ya se contabilizaba un aumento de estos trastornos debido a la vulnerabilidad del país (paro, bajo nivel adquisitivo, etc) los expertos dicen que María agudizó el problema observándose un crecimiento de un 26% en la tasa de suicidios en el periodo posterior al paso del huracán (4).



Otro caso en el que pudimos observar como los fenómenos afectan a la salud mental fue el suceso del triple desastre de Japón, el 11 de marzo de 2011 en el que coincidieron un terremoto, un tsunami y el colapso de una planta de energía nuclear. Se evaluaron los distintos comportamientos de riesgo después del evento, dando como resultado un importante aumento en el consumo de alcohol, conducta que no solo se dio justo tras ocurrir el incidente sino que se mantuvo a lo largo de los años, dando como resultado un comportamiento de riesgo que se puede mantener en el tiempo y afectar de manera negativa tanto a la salud física como a la mental y a la social (3).




Intervenciones

La Organización Mundial de la Salud, desarrolló en 2016 la Guía Técnica de Salud Mental en Situaciones de Desastres y Emergencias, en la que incluía nueve líneas de acción para conservar la salud mental de las personas que se habían enfrentado a situaciones de desastre (1).

➔ Cerciorarnos de que las actuaciones se lleven a cabo en función de las necesidades y recursos definidos.

➔ Mejorar las capacidades de los usuarios del colectivo e introducir a personas marginadas, utilizando mecanismo de autoayuda.

➔ Asegurarse de que el personal del equipo de salud, trabajadores de ayuda humanitaria y agentes comunitarios entre otros, estén capacitados y ayuden psicológicamente a las víctimas y a aquellas personas que presenten un gran sufrimiento tras la exposición al desastre.

➔ Disponer de personal de primera línea cualificado que sea capaz de identificar y tratar los problemas más comunes derivados de la situación, y que los servicios especializados puedan verse reforzados para que sean más accesibles.

➔ Tramitar y favorecer las medidas de seguridad, así como aquellas destinadas a complacer los derechos y necesidades básicas de pacientes mentales que se encuentren ingresados en las distintas instituciones.

➔ Reducir el deterioro vinculado a las drogas y el alcohol.

➔ Promover proyectos para lograr un sistema sanitario comunitario sostenible.

➔ Intentar conseguir una buena comunicación de riesgos y gestionar apropiadamente la respuesta a dicha emergencia.

➔ Asegurar que las personas que tengan un alto riesgo psicosocial (población débil como ancianos y personas con bajos recursos, individuos con trastornos mentales graves y el propio personal de emergencia) puedan acceder a la atención especializada de manera temprana (1).


Además del anterior, existen varios enfoques para el abordaje de la salud mental en estas situaciones:

- Intervención centrada en el tiempo: aún se le da mucha importancia a la atención durante el desastre, pero recientemente se han estado introduciendo estrategias de prevención, promoción y recuperación de la salud mental.

- Intervención según el nivel de acción: mantener las necesidades de los afectados, centrándonos principalmente en aquellas relacionadas con el agua, nutrición, saneamiento, salud y seguridad.

- Intervención centrada en la persona: Potenciar los puntos fuertes de la comunidad en lugar de centrarnos en los problemas que presenta (1).


Otra intervención a destacar es el apoyo social ya que es un factor fundamental en cuanto al bienestar mental de la comunidad. Además, según la evidencia disponible, las intervenciones dirigidas a mejorar dicho apoyo favorecen la salud mental de la población. De esta forma el equipo de Atención Primaria podría lograr de manera indirecta, trabajando con otros campos que incluyan la salud mental, en la acción de problemas sociales críticos en las situaciones de desastre y conservar el trabajo preventivo para aquellas personas que sufran algún trastorno psicológico (2).


Conclusión

En definitiva, podemos decir que los desastres naturales son situaciones que el ser humano no puede controlar y para los que no está preparado, siendo insuficientes los recursos de los que disponemos para afrontarlos y provocando una gran cantidad de consecuencias físicas, sociales y mentales.

Entender la influencia de esos impactos en la salud mental debe de ser el primer paso para poder implementar una serie de actividades con el fin de tratar o prevenir estos problemas.

Por otro lado, destacar que como sanitarios tenemos la responsabilidad de diagnosticar y saber afrontar de manera profesional las diversas situaciones que se pueden presentar derivadas de estos fenómenos.

Teniendo esto en cuenta, podemos asegurar que es importante que sigan creándose recursos y conocimientos para tratar estas cuestiones, ya que la salud mental es fundamental y no se le da la importancia que se merece.


Autores

Juan Carlos Rivas González

Alba Rosas Rosales

Yolanda Sánchez Cobalea

Isabel Serano Palomo

Vanessa valle Reverendo

José Francisco Vega Ruiz

Alba zafra Linares



Bibliografía

1. León-Amenero D, Huarcaya-Victoria J. Salud mental en situaciones de desastres. Horizonte Médico (Lima). enero de 2019;19(1):73-80. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-558X2019000100012

2. Minoletti A, Alvarado R, Vitriol V, Sierralta P, Bass C, Calvo J. Efecto de acciones de equipos de Atención Primaria de Salud para proteger la salud mental después de desastres naturales. Cad saúde colet. 21 de septiembre de 2018;26:336-42. Disponible en; https://www.scielo.br/j/cadsc/a/pbgg6zR4Z74zfpNSBx9zSwj/?format=html&lang=es

3. Esterwood E, Saeed SA. Past Epidemics, Natural Disasters, COVID19, and Mental Health: Learning from History as we Deal with the Present and Prepare for the Future. Psychiatr Q. diciembre de 2020;91(4):1121-33. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32803472/

4. Palinkas LA, Wong M. Global climate change and mental health. Curr Opin Psychol. abril de 2020;32:12-6. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31349129/

5. Castaño García T, Vega Díaz C, Cernuda Martínez JA. Alteraciones emocionales en niños víctimas de desastres naturales [Rev Rol Enferm.2016]-Medes [Internet]. [citado 20 de noviembre de 2021]. Disponible en: https://www.medes.com/Public/ResumePublication.aspx?idmedes=114939

Comentarios

  1. Hoy en día, el ser humano, como animal racional que es, tiene la capacidad de controlar muchos aspectos del mundo cotidiano, sin embargo; hay algo que siempre se escapa de nuestras manos, y esto es la naturaleza, la cual no podemos dominar debido a su fuerza. Así mismo, como sabemos, en estos últimos años debido al cambio climático y a otros factores, estamos presenciando numerosos desastres naturales. Muchos de estos nos pillan de sorpresa, pero de otros sí que conocemos que tienen altas probabilidades de darse, como pueden ser los tsunamis en Japón.
    Es por ello, que sobre todo en estos últimos casos creemos que deberían aplicarse medidas preventivas como por ejemplo podría ser: información acerca del fenómeno, probabilidades de que suceda, pautas de cómo actuar para salvarse en caso de que suceda, intervenciones dirigidas a mantener en la medida de lo posible la calma así como a saber afrontar la situación, conocer a qué profesionales acudir en caso de haber tenido consecuencias sobre la salud mental...etc.
    De esta forma, además de que las personas sepan qué tienen que hacer o a quiénes pedir ayuda, también es una forma de hacerles a la idea de que es algo que puede ocurrir, y así poder plantearse como podrían actuar en estos casos, y por supuesto reforzando aún más las medidas en aquellas personas que por sus factores sociodemográficos puedan verse más perjudicadas, como bien menciona el texto.
    Sin embargo; para que esto pueda ser factible es necesario la formación de los profesionales implicados, para así actuar como pilares en los cuales se apoyen los afectados en los momentos más críticos, y para que la ayuda sea lo más eficaz y eficiente posible es imprescindible una correcta comunicación y trabajo multidisciplinar, para poder así suplir las necesidades en los diferentes aspectos de la vida de los individuos. Además la formación de los profesionales debería incluir técnicas para poder detectar de forma temprana aquellos trastornos mentales, facilitando así su tratamiento y resolución, y como consecuencia saber actuar de esta forma tanto en el momento previo, como en el durante y posterior del desastre natural.
    Grupo A.1.2

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  2. Una catástrofe natural es algo que nosotros no podemos controlar, pero sí que se podría enseñar a la población a estar alerta ante tal situación, para que no sea un choque tan impactante, controlando así un poco mejor el impacto que se pueda ocasionar en las personas que la sufren.
    La pérdida de apoyo con los que se contaba previo al desastre facilitan el aislamiento y la dificultad de buscar ayuda profesional, por lo que es importante prevenir las posibles secuelas mentales que se pueden ocasionar derivadas de una catástrofe natural. Tras la erupción del volcán de Las Palmas, hemos podido ver desde más cerca el cómo un desastre natural puede afectar a nuestra salud física y mental, entonces es cierto que al ser algo que ha ocurrido tan cercano a nosotros, nos hace replantearnos aún más que podría ocurrirnos a nosotros también. Creemos que el apoyo de todo el país ha podido repercutir en la salud mental de las personas que han perdido sus propiedades por culpa de la erupción, ya que al no sentirse solos y saber que tienen en quien apoyarse, les hace más fuertes y resilientes. Además, también contamos con un país desarrollado, con un poder adquisitivo medio-alto, por lo que en muchos casos se ha podido subsanar los daños ocasionados, ofreciendo refugio, comida, etc.
    Sin embargo, hay otros países que no tienen la suerte que podemos tener en España, como por ejemplo Haití y sus terremotos, o algunos países de latinoamérica y las riadas que han puesto patas arriba las vidas de tantas personas.
    Creemos que a menor nivel socioeconómico del país, más difícil va a ser centrar la atención en la salud mental post-catástrofe, por lo que estamos de acuerdo con el texto, de que según el nivel socioeconómico puede afectar de una menor o mayor manera.
    Por otro lado, en los últimos años en nuestro país se le ha dado un poco más de importancia a la salud mental, por lo que quizá no solo se haya ayudado de manera económica a las personas afectadas por la catástrofe, sino que también se les han dado los medios oportunos para tratar su salud mental y evitar males mayores como puede ser estrés postraumático, depresión, ansiedad, miedo, insomnio, etc.
    Es necesario que, como país, tengamos diversas tácticas y modelos de intervención para así intentar reducir el impacto psicosocial del desastre. Sin embargo, todavía existen barreras en el manejo de la salud mental por lo que es imprescindible plantear posibles direcciones futuras, para así poder lograr un menor impacto en la sociedad y una recuperación más temprana y eficaz.
    Grupo B3.2

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  3. Sandra Ruiz Pérez y Alba Ruiz González; GRUPO A-1-112 de enero de 2022, 9:48

    Los fenómenos naturales no son previsibles en la mayoría de los casos, sin embargo, sabemos que algunas zonas, por su localización geográfica son más propensas a ciertos desastres naturales por lo que debemos incidir, en primer lugar, en la prevención. Es importante trabajar este tipo de situaciones que deterioran la salud mental con la población y no solo tener en cuenta los daños materiales que ocasione. De esta forma, las personas tendrían herramientas y habilidades para afrontar estas situaciones traumáticas de forma más liviana.

    A menudo en los medios de comunicación se comentan estos hechos debido a que actualmente ocurren con más propensión. Estos a nuestro parecer se centran mayormente en el impacto que tienen los desastres sobre el paisaje dónde ocurre y a subsanar ese daño por medio de donaciones económicas que cubran todas las pérdidas materiales que conllevan. Aunque esto es importante para las vidas de las personas afectadas, pensamos que se debería apostar también por los medios necesarios y atención para restablecer su salud mental.

    Nos gustaría resaltar la importancia de la existencia de la Guía desarrollada por la OMS, en la cual se exponen distintas intervenciones que se llevan a cabo para intentar conservar la salud mental de las personas que han sido víctimas de estos desastres. Sin embargo, la gran parte de la población no conoce estos recursos y actuaciones, bien porque nunca han necesitado recurrir a ellos o porque la información no ha sido difundida entre la sociedad. Además, esta guía está muy enfocada a la actuación una vez que ya ha ocurrido la emergencia, es decir a la prevención terciaria, dejando en cierto modo de lado la prevención primaria, enfocada a toda la sociedad para que en este tipo de situaciones tengan algún tipo de noción de cómo actuar o las habilidades necesarias para que su salud mental no se vea tan afectada.

    Como bien decís, nosotros como profesionales sanitarios, tenemos la responsabilidad de formarnos para así saber dar respuesta a las necesidades de la población sobre todo en estas situaciones tan delicadas. Debemos tener en cuenta cuales son los factores de riesgo que hacen a ciertos grupos de la población más vulnerables. Así, centraremos nuestra atención en ellos y evitaremos secuelas a largo plazo.

    Finalmente, las enfermeras estamos en contacto constante con la población y tenemos gran poder divulgativo, de manera que debemos promover en la sociedad los medios necesarios para cuidar su salud mental, que en ocasiones a pesar de la existencia de recursos de prevención en situaciones como esta, la población no es conocedora de ellos y es por esto que nosotros tenemos el deber de informarles y darles atención.

    GRUPO A-1-1

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    Respuestas
    1. Sandra Ruiz Pérez y Alba Ruiz González; GRUPO A-1-112 de enero de 2022, 10:59

      Para terminar, nos gustaría compartir esta noticia, en la cual se habla de los llamados preparacionistas o preppers, un colectivo que a raíz de la erupción del volcán de Cumbre Vieja se ha dado a conocer mayormente en los medios.

      Nos ha parecido muy curioso e interesante el papel de estos individuos, que consiste en prepararse ante acontecimientos de este tipo mucho antes de que pasen, de modo que organizan un plan de acción y recaudan los recursos necesarios para sufrir mínimamente las consecuencias del desastre. De esta forma, las personas tienen una cierta sensación de control de la situación, por lo que la angustia y ansiedad que causan estas situaciones inesperadas, como los desastres naturales, se reduce.

      Actualmente, son muchos los países que están llevando a cabo talleres de preparación y supervivencia para su población, previniendo así los daños tanto materiales y mentales que puedan causar estas situaciones. No obstante, pensamos que no debemos situarnos en ninguno de los dos extremos, no debemos obsesionarnos ni ser demasiado precavidos pero tampoco desentendernos de la situación.

      Enlace a la noticia: https://www.rtve.es/noticias/20210923/importancia-saber-hacer-catastrofe-natural/2173406.shtml

      GRUPO A-1-1

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  4. Los desastres naturales, entre todos los impactos que produce, uno de los más prevalentes y destacados es en la salud mental de las personas implicadas sobre todo, a las más vulnerables, entre ellas, niños, adolescentes, ancianos y personas que sufren alguna enfermedad ya sea mental o física.

    Como bien sabemos el ser humano ha aprendido con el paso del tiempo a controlar diversas situaciones y eventos. Sin embargo, la naturaleza es algo que no tenemos en nuestras manos y llega a ser con facilidad algo no previsible.
    Conocemos la idea de que la probabilidad de sufrir desastres naturales la podemos encontrar en mayor o menor medida en distintos países.
    Por lo que podríamos concretar que algunos países disponen de mejor preparación que otros en este ámbito.

    La aplicación de medidas en estos tipos de eventos, bien podrían ser, formación en mantenimiento de la calma, pautas a seguir frente un desastre natural, formación sanitaria y preparación adecuada especializada en estas situaciones, etc.. pueden ser factores importantes a tener en cuenta y que posibilitan la idea de reducir la pérdida de bienestar de la población.

    Cada individuo sufre el desastre de una forma distinta y a su vez tiene un método de superación de las crisis diferente.

    El personal sanitario debe estar preparado ante cualquier tipo de emergencia e identificar aquellas personas que sufran de algún cambio psicológico y no consigan superar la situación.

    Grupo A2.2

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  5. Las repercusiones de una catástrofe natural para el ser humano pueden ser de una dimensión desmesurada para quien las sufre. Como seres sociales, convivimos en un entorno en el que poder desarrollarnos, formando parte de una determinada cultura. Así, un proceso de tal magnitud puede desestabilizar a la persona ya que compromete su estructura social, produciendo consecuencias negativas para la salud mental.
    Es preciso desglosar las intervenciones previas y post-impacto por sectores sociales ya que no todos los grupos de edad encajan de la misma manera este tipo de acontecimientos, desarrollando así una asistencia individualizada.

    En la población infantil, la educación es imprescindible. Es por ello por lo que se deben de abordar tanto las formas de actuación frente a este suceso, como las repercusiones que pueden generar, además de facilitar la expresión de las dudas y sentimientos hacia los padres, cuya figura es la más relevante.
    Sin embargo, los ancianos son considerados por numerosos expertos como el grupo social más vulnerable en este tipo de sucesos ya que muchos de ellos no pueden realizar por sí mismos las actividades de la vida diaria a pesar de poseer conocimientos para afrontarlo. Por tanto, brindarles apoyo físico y acompañamiento es esencial en este caso.

    En resumen, nos gustaría resaltar la importancia de realizar una atención específica tanto física como mental ya que en ocasiones solo se intentan atenuar las consecuencias físicas y se olvida fomentar una terapia psicológica en el paciente, sea cual sea su edad. Mejorando la salud mental, ayudaremos a la persona a afrontar las necesidades físicas.
    Grupo B1.2

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