El suicidio: un problema de salud pública


El suicidio es una cuestión de salud pública que afecta a nivel mundial, en el cual los más vulnerables son los jóvenes y adolescentes. De hecho, en esta franja de edad el suicidio duplica las muertes por accidente de tráfico. Aún siendo este un problema que no para de crecer en España, ha sido confirmado por la OMS que muchos de los casos de suicidio podrían prevenirse si se llevaran a cabo las intervenciones y medidas oportunas (1). 


Además del suicidio, existen otras muchas conductas autolesivas que no tienen por qué finalizar con el fallecimiento de la persona. Así pues, podemos encontrar conductas suicidas y conductas autolesivas no suicidas (1).



A continuación, aclaramos los matices que diferencian cada uno de estos conceptos:


Conductas suicidas


Suicidio consumado: actitud premeditada cuyo resultado es fatal, y que está relacionada con la intención de morir en la acción.

Intento de suicidio: serie de comportamientos relacionados con el objetivo de morir. El sujeto puede declarar estas intenciones de forma explícita o sutil, sin embargo, no significa que finalmente consiga su objetivo.

Actos preparatorios hacia una conducta suicida inminente: la persona comienza a conseguir recursos y medidas para autolesionarse, pero se ve interrumpido por sí mismo o por personas de su alrededor antes de que esta conducta autolesiva empiece y el daño sea irreversible.

Ideación suicida: pensamientos activos o pasivos de suicidio sin una actuación preparatoria (1). 


Conductas autolesivas no suicidas


Parasuicidio: actitud premeditada que se realiza sin intención de morir, aunque pueda terminar de esta manera por accidente o descuido. Está relacionada con otras razones, como aliviar el sufrimiento en el caso de cortes, arañazos, quemaduras; o para conseguir un cambio en el ambiente o en otros.

Otras autolesiones no deliberadas: no hay pruebas de que se haya intentado de forma deliberada autolesionarse, sino que esto está relacionado con un fenómeno aislado como una lesión accidental, o síntomas psiquiátricos o médicos.

Eventos potencialmente suicidas o indeterminados: el motivo del comportamiento autolesivo es desconocido y además no puede deducirse.

Sin suficiente información: las conductas autolesivas se clasifican en esta categoría cuando existe una información insuficiente sobre si la lesión ha sido debido a un comportamiento suicida, o debido a otro evento como un síntoma psiquiárico o un accidente (1).


En el suicidio, como en cualquier enfermedad, existen tanto factores de riesgo como factores protectores, y estos pueden ser genéticos, biológicos, familiares y personales. Algunos de estos factores predisponentes son:

Depresión u otros trastornos mentales.

Abuso de sustancias.

Dolor crónico.

Antecedentes de intentos de suicidio.

Antecedentes familiares de trastornos mentales o abusos de sustancias.

Antecedentes familiares de suicidio.

Exposición a violencia doméstica, incluyendo la física.

Presencia de pistolas u otras armas de fuego en el hogar.

Haber estado en prisión recientemente.

Exposición directa o indirecta a otros comportamientos suicidas en personas cercanas (2).


Centrándonos en España, en el año 2019 hubo 3.671 casos de suicidios, según el Instituto Nacional de Estadística, un 3.7% más que en 2018. Este acto lleva siendo la primera causa de muerte no natural desde 2008 (3).


Pero el problema del suicidio no solo afecta a las personas que lo realizan, sino también a su alrededor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada suicidio hay unas 135 personas afectadas, entre las cuales, de 2 a 6 se encuentran profundamente doloridas (4).



Una forma de evitar este gran daño que afecta a tantas personas es atendiendo a lo que se conoce como señales de alarma. Estas señales de alarma consisten en comportamientos tanto verbales como no verbales que una persona que ha cometido un acto de suicidio repite antes de realizar dicho acto. Algunas de estas seÑales de alarma son las siguientes:

Hablar sobre el deseo de morir o suicidarse.

Hablar sobre sentirse vacío, desesperanzado, o no tener una razón para vivir.

Hablar sobre sentirse atrapado o sentir que no hay soluciones.

Sentir un dolor físico o emocional inaguantable.

Hablar sobre ser una carga para los demás.

Alejarse de familiares y amigos.

Regalar bienes importantes.

Despedirse de amigos y familiares.

Correr grandes riesgos que podrán llevar a la muerte, como conducir extremadamente rápido.

Hablar o pensar sobre la muerte frecuentemente (2).


Algunos de los pasos a seguir para ayudar a alguien que está sufriendo emocionalmente son los siguientes:

1. Preguntar si está pensando en acabar con su vida

2. Mantener un entorno seguro reduciendo el acceso a objetos potencialmente letales.

3. Estar allí (presencia) con una actitud empática dando apoyo emocional.

4. Ayudarles a pedir ayuda (por ejemplo, llamando al 112).

5. Mantener el contacto después de la crisis (2) (Ver ilustración 1).



Si los suicidios ya suponían un gran problema a nivel de salud pública, con la llegada de la pandemia del COVID-19 esta situación se ha visto aún más agravada. Según la última información publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el suicidio continúa siendo la primera razón de muerte externa en 2020, con 3.941 nº de fallecidos, un 7,4% más que en 2019. Casi 11 personas al día se suicidan. Un 74% de ellas hombres (2.938) y un 26% mujeres (1.011) (3) (Ver ilustración 2).


El incremento de suicidios en 2020 llegó en los meses de agosto (34,0% más) y febrero (28,2%)
respecto al año anterior. Sin embargo, en abril los suicidios descendieron en un 18.2% en comparación a marzo (3) (Ver Ilustración 3).




Actualmente se están tomando una serie de medidas e intervenciones para la prevención del suicidio. Una de las acciones más importantes que se están implantando es la creación de un número de teléfono contra el suicidio, totalmente gratuito y operativo 24 horas (6). Este servicio lleva siendo reclamado desde hace cuatro años por la Confederación de Salud Mental España, pero no fue hasta el 9 de octubre de este año que el Gobierno anunció la creación de este en el acto “Salud mental y COVID-19. Plan de acción”. En este acto, no solo se aprobó la creación del teléfono para el suicidio, sino que también se hablaron sobre muchas otras medidas que se van a tomar con respecto a la atención de los problemas de salud mental, como por ejemplo la incorporación de la especialidad de psiquiatría infantil en la formación profesional (6).

La creación del número de teléfono contra el suicidio supone una muy buena vía para dar una atención profesional y especializada a aquellas personas que lo necesiten, ya sea porque presentan conductas suicidas, o porque hayan sufrido algún caso de suicidio en su entorno y estén pasando por un duelo (6).

Otra medida que desde la Confederación de Salud Mental España recomiendan es la utilización de los medios de comunicación como vía de información sobre el problema tan grave que supone el suicidio, para ello han sacado una serie de recomendaciones sobre cómo tratar de forma adecuada este tema en los medios de comunicación y que dejen de ser por fin un tema tabú. Algunas de estas recomendaciones son: 

1. Evitar el sensacionalismo a la hora de tratar la información sobre personalidades mediáticas.
2. No explicar el método empleado ni dar detalles o publicar fotografías o notas suicidas.
3. No dar una cobertura repetitiva y, en su lugar, buscar alternativas de artículos o piezas audiovisuales dirigidas a la prevención.
4. Proporcionar medios de ayuda, como servicios de salud mental y líneas de teléfono.
5. Investigar fuentes fiables en salud mental.
6. El suicidio no es un fenómeno simple y no solo tiene una causa, por lo que no se debería simplificar.
7. No caer en el mito de que el suicidio es una forma de intentar llamar la atención, sino manifestar toda la desesperación y sufrimiento que hay detrás (7) (Ver Ilustración 4).



Autores
Claudia Adelantado Berges
Sonia Andrades Gámez
Paula Arjona Pérez
Marta Asensio Aranda
Álvaro Boza Rivas
Julio Comino Mendez
Alba Pérez Fernández

BIBLIOGRAFÍA:

1. Castellvi-Obiols P, Piqueras Rodríguez JA. El suicidio en la adolescencia: un problema de salud p.blica que se puede y debe prevenir. REVISTA DE ESTUDIOS DE JUVENTUD. 2019;18 (121): 45-59. http://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/2019/06/3.el_suicidio_en_la_adolescencia_un_problema_de_salud_publica_que_se_puede_y_debe_prevenir.pdf

2. National Institute of Mental Health (NIH). Suicide Prevention. Retrieved December 1, 2021. Disponible en: https://www.nimh.nih.gov/health/topics/suicide-prevention

3. Instituto Nacional de Estadística. (National Statistics Institute). Defunciones por suicidio, resultados detallados 2019. [Internet]. Ine.es. [citado el 1 de diciembre de 2021]. Disponible en: https://ine.es/dynt3/inebase/es/index.htm?padre=7933&capsel=7942

4. Martí G. Las muertes por suicidio crecen un 3,7% en España. La Vanguardia [Internet].  20 de octubre de 2021 [consultado el 26 de noviembre de 2021]. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/vida/salud/20211020/7800392/muertes-suicido-crecen-espana-2021-terminar-tabu-salvar-vidas-brl.html

5. Asuar Gallego B. Máximo histórico de suicidios durante el primer año de la pandemia: casi 11 personas se quitaron la vida al día en 2020. Madrid. Público [Internet].11-11-21 [11-11-21; 26-11-21]. Disponible en: https://www.publico.es/sociedad/maximo-historico-suicidios-primer-ano-pandemia-11-personas-dia-quitaron-vida-2020.html

6. Confederación Salud Mental España. El Gobierno anuncia la creación del teléfono de prevención del suicidio que SALUD MENTAL ESPAÑA reclamaba desde hace cuatro años [Internet]. 09/10/2021 [cited 2021 Nov 26]. Available from: https://consaludmental.org/sala-prensa/gobierno-anuncia-creacion-telefono-suicidio/

7. Confederación Salud Mental España.. Salud mental España apela a los medios a tratar el tema del suicidio de forma responsable, profesionalizada y rigurosa.14/04/21. Disponible en: https://consaludmental.org/sala-prensa/salud-mental-espana-apela-medios-comunicacion-trato-suicido-responsable-profesionalizado-riguroso/





Comentarios

  1. En primer lugar, nos gustaría destacar que el suicidio es un tema del que se está hablando, afortunadamente, mucho en estos últimos tiempos pero que sin embargo siempre ha sido un tema tabú del que apenas de hablaba a pesar de que existía con la misma frecuencia que hoy en día.
    En alguna medida, como se ha mencionado en la entrada de este blog, la aparición de la pandemia ha facilitado el hecho de hablar más abiertamente sobre el suicidio porque esta ha agudizado y aflorado muchos mas casos de trastornos mentales, entre otras cosas.
    En nuestra opinión, las intervenciones que se están realizando por parte del gobierno reforzando el sistema de salud mental, seguramente, ayudarán a prevenir o evitar lo máximo posible llegar al suicidio, siendo este el final de un largo proceso en el que se podría intervenir antes.
    Precisamente, las señales de alarma y pasos a seguir publicados en este blog, pueden ser de gran utilidad ya que en muchas ocasiones los familiares o las personas cercanas no se dan cuenta, no entienden o no saben cómo actuar al respecto en estas situaciones tan complicadas.
    Por otro lado, es importante que los medios de comunicación hablen sobre el suicidio pero siempre que no se haga de forma sensacionalista y de una manera adecuada, por eso creemos que también pueden ser muy útiles las recomendaciones expuestas en la entrada de este blog.
    De todas formas, a pesar de que se está empezando a dar algunos pasos interesantes para tratar estos temas mentales, aún hay mucho por hacer. Como por ejemplo, creemos que es fundamental reforzar la atención sanitaria para la salud mental junto con normalizar hablar de estos temas de la misma forma que se habla de cualquier otra enfermedad física.

    Grupo A 2.1

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  2. Celia García y María Moreno. Grupo 2.1 de 3ºB de Enfermería.9 de enero de 2022, 8:28

    Por desgracia, el suicidio sigue en la cima de las causas de muerte no naturales, y es que, aunque en cierta medida sigue habiendo gente que hace oídos sordos, en el presente no es un tema “tan” tabú. Este pequeño avance, me parece un suceso clave que permite a la sociedad abrir un poco más la mente, teniendo opciones de pedir ayuda, y facilitando claves para entender mejor las señales de alarma que las personas con pensamientos de suicidio puedan lanzar.

    Como bien referencian mis compañeros, la pandemia ha aumentado el número de defunciones por suicidio. El estar solos y aislados ha terminado de hacer mella en la salud mental de muchas personas, sobre todo entre jóvenes de 15 a 29 años. Es una pena, que sea esta franja de edad la más vulnerable, ya que a nuestro parecer es la que más accesible tiene la ayuda. En muchas ocasiones, ocurre por no saber buscarla o menospreciarla, llegando a sentir que “no hay remedio”.

    Estos datos muestran de manera evidente que tenemos que seguir trabajando en la puesta en marcha de un plan de prevención para el suicidio. Para ello, es necesario que nos concienciemos sobre la importancia y el impacto que tiene la salud mental en nuestras vidas.

    Con respecto al teléfono de la esperanza, estamos de acuerdo en que es una buena forma de ayudar a las personas que se ven tan sobrepasadas en algún momento de su vida. Es uno de los logros más importantes que se ha conseguido hasta ahora, y lo más importante en este punto es dar a conocer dicho teléfono y todos los recursos que ofrece.

    Asimismo, la promoción de la detección de señales de alarma, así como las recomendaciones que se han de seguir son una buena manera seguir previniendo en la medida de lo posible el suicidio además de proporcionar ayuda antes o después de un intento fallido de autolisis.

    Es un pequeño paso para mejorar la pésima gestión que muchas veces se hace de los temas de salud mental, pero creemos que vamos en la dirección correcta, siempre orientados a ofrecer y mostrar alternativas de ayuda para el suicidio.

    Celia García y María Moreno. Grupo 2.1 de 3ºB de Enfermería.

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  3. Amanda Peña - Grupo B1.111 de enero de 2022, 9:04

    Como ya sabemos el suicidio es una de las principales causas de muerte no natural, sobre todo en jóvenes de nuestra edad. Desgraciadamente es un problema del cual no se habla lo suficiente, aunque es cierto que a día de hoy es un tema menos "tabú", ya que la salud mental ha tomado mayor importancia estos años sobre todo después de la pandemia y cómo ha afectado a la salud mental de la población.
    No sé si mis compañeros han vivido experiencias de suicidios o autolesiones cercanas a ellos, pero yo por desgracia si, he vivido cómo un compañero de clase, cuando teníamos 17 años, se quitaba la vida y cómo durante años una amiga se autolesionaba cuando solo teníamos 15, siempre pienso qué hubiese pasado si la salud mental tuviera la importancia que se merece dentro dela salud pública, quizás habríamos sabido cómo al menos acompañar a mi amiga, quizás los profesores habrían sabido qué hacer en lugar de mirar para otro lado, porque ni ellos saben cómo abordar el problema; o quizás mi compañero habría acudido al psicólogo si hubiera sido un servicio público y al alcance de cualquiera. Con esto quiero decir que quizás la salud mental y el suicidio ya no sean temas tan "tabú" como antes, pero que se habla de ellos aún no es suficiente.
    Aun así es cierto que se va avanzando, poco a poco, que existen pasos a seguir para acompañar a alguien que lo está pasando mal, y que realmente eso ya es mucho, pero lo realmente importante es que esos pasos o esa ilustración, que han compartido mis compañeros, se enseñara en clase, que se hablara en clase, en las noticias, en las redes, en los periódicos o en un anuncio de 30 segundos, porque quizás no salve a alguien, pero quizás si o quizás ayude a alguien a ayudar a quien tiene a su lado.
    Creo que la sanidad y la sociedad están orientando bien al camino, poco a poco se consiguen avances y cada vez los niños más pequeños ya saben al menos qué es la salud mental y se preocupan por ella, el camino esta bien enfocado, pero aún falta mucho por construir.

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  4. El suicidio en la actualidad es multicausal, y además, un gran problema de salud pública. Hay factores que influyen en el riesgo de suicidio de una persona, pero terminan por describir situaciones de sufrimiento que cada uno de nosotros podemos identificar, y que son personales. Sin embargo, la vivencia de este sufrimiento es única en el suicidio al sentir que no se puede aguantar una situación por más tiempo y que no va a cambiar. Es un sentimiento de desesperanza. No menos importante, y poco mencionado, encontramos el duelo por suicidio, que es especialmente complejo y largo; el cual engloba a todo el entorno del paciente. Las muertes por suicidio suponen la cima de un fenómeno que hay que atender y concebir como un problema de salud pública, algo que en tiempos cercanos no se ha tenido en cuenta, y se ha tratado a dichas personas como "locas".

    ¿Por qué nos resulta más fácil identificar un dolor físico que un dolor psicológico, tanto en nosotros mismos como en las personas cercanas? ¿Qué dato necesitamos para identificarlo?

    Dos elementos imprescindibles responden a esta pregunta: la escucha y la observación, principalmente, además de mirar y saber entender a las personas de nuestro entorno. Una señal reveladora y previa al suicidio, sería la relacionada con esa desesperanza, que debería alertarnos. Hay muchas situaciones de sufrimiento que no se expresan de una manera clara y hay personas que no lo muestran para no preocupar a su entorno.

    Ante estas situaciones es necesario aclarar la importancia de pedir ayuda, compartir con profesionales su situación sin sentir humillación o vergüenza, ya que todos podemos vivir una situación así, sin esperarla.

    Desireé Rueda Gallardo.
    Grupo B2.2

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  5. La tasa de suicidios a nivel mundial es cada vez mayor y ha aumentado aún más con la llegada de la pandemia. A su vez, considero que los suicidios se ven eclipsados por la situación que estamos sufriendo a causa del COVID.
    Es cierto que cada vez se habla más sobre este tema, pero se sigue considerando como algo tabú por lo que mucha gente que piensa en quitarse la vida o tratan de hacerlo no reciben la ayuda ni la atención que necesitan; por muchas facilidades que se pongan si no se está atento a las señales de alarma o no se aborda de la manera correcta no sirve de mucho. Por suerte la puesta en marcha de distintos programas de prevención de suicidios han sido de gran ayuda para reducirlos, como las recomendaciones que salen en esta entrada, o con la implementación del teléfono contra el suicidio.
    Por lo que demuestran los datos y gracias a la ayuda de muchos profesionales parece que vamos por el buen camino para reducir al máximo este problema de salud pública que puede afectar incluso a la persona que menos te lo esperas.

    Alejandro López-Espinosa Jurado
    Grupo B.1.1_a

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  6. El suicidio es un problema de salud pública mundial que desde los últimos años ha ido en aumento. Muchas veces, pensamos que el suicidio se produce en franjas de edad mayores, pero tal y como se menciona en el artículo, lo cierto es que la cantidad de casos de suicidio en adolescentes, en la franja de edad entre 15 y 29 años, cada vez es mayor y más preocupante. Es decir, no solo afecta a personas mayores como podemos pensar, sino que tiene un impacto bastante grande en todas las edades. Esto nos da que pensar, sobre qué es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, como para que un adolescente o un menor de edad llegue a esta situación. Actualmente, vivimos en una sociedad en la que desgraciadamente, con la incorporación de las nuevas redes sociales los casos de bullying en adolescentes se están multiplicando, y esto repercute gravemente en la salud de los jóvenes que lo padecen y en sus familias.

    En el artículo menciona el número de suicidios que se han producido en 2019, siendo un número bastante elevado (3671). Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, si miramos los datos de suicidio que se registraron dos años después, en 2021, observamos un total de 3941 muertes en España, siendo el número de casos más abundantes en la comunidad de Andalucía (793). Es decir, vemos como dos años después, la cifra de muertes continúa y va en ascenso.

    Además, la realidad es que, en muchas ocasiones, la situación que rodea a las personas que tienen ideas suicidas está muy relacionada con factores como la depresión u otras patologías, bullying, intentos autolíticos previos, etcétera. Además, conocemos que la depresión es una enfermedad que cada vez se encuentra más a la orden del día, y que su principal causa es el suicidio, por lo que, siendo conscientes de ello, ¿estamos realmente preparados para afrontar estas situaciones y ser capaces de prevenir un suicidio? Lo cierto es que existen muchos planes de prevención para ello, pero pensamos que es de vital importancia que todos seamos partícipes y nos involucremos en su prevención, puesto que todos somos realmente capaces de ayudar a las personas que sufren enfermedades o situaciones que derivan en el suicidio.

    Sin embargo, a pesar de la concienciación a día de hoy sobre la importancia de la prevención del suicidio, creemos que es importante indicar que, desgraciadamente, sigue existiendo un tema tabú. Lo cierto es que muchas veces ante esta situación preferimos evadir la realidad por miedo o por no saber cómo actuar ante una persona con ideas suicidas. Entonces, ¿cómo deberíamos actuar? Tal y como se menciona en el artículo, es fundamental romper barreras y mitos sobre el suicidio, y comenzar a intervenir, preguntando acerca de si la persona está pensando en acabar con su vida, estar presentes y darles apoyo y ayudarles a pedir ayuda.

    PARTE 1. Grupo A.1.1

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  7. Otro punto importante al que hace referencia el artículo es el período durante la pandemia. ¿Cómo ha afectado en el caso de los suicidios? Está claro que la pandemia ha causado muchos estragos en la salud mental de las personas mundialmente, favoreciendo entre otros casos, el número de suicidios durante esta etapa. Muchas personas han tenido que sobrellevar esta situación estando solos sin tener contacto con familiares o amigos y conviviendo con una depresión o ideas suicidas, por lo que podemos ser conscientes de cómo esta etapa ha afectado en sus vidas. Una buena iniciativa que queremos destacar y que los compañeros mencionan en el texto, es la creación del número de teléfono contra el suicidio, ya que creemos que ha sido consecuencia del aumento de la concienciación social sobre la importancia de este tema, además de que es una buena idea proporcionar apoyo profesional a las personas que lo necesitan.

    Por último, nos gustaría decir que, nos ha parecido una gran reflexión lo que otros compañeros han comentado a cerca del por qué nos cuesta más identificar un dolor psicológico que uno físico. Muchos de los que estamos aquí sabemos que la Enfermería nos enseña que el dolor es aquel que el paciente nos dice, y que muchas de las enfermedades mentales, etapas de estrés y malestar psicológico están relacionados con muchos de los síntomas físicos que padecemos. Si sabemos que lo mental repercute significativamente en lo físico, ¿no es hora de que comencemos a dar a la salud mental la importancia que se merece?

    PARTE 2. Grupo A.1.1

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